05

391 54 9
                                    

—¿Por qué siempre que te veo es con algún golpe? — la voz de Kim Doyoung hizo presencia en el pequeño círculo que habíamos formado, yo volteé a ver su figura, acercándose con calma

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—¿Por qué siempre que te veo es con algún golpe? — la voz de Kim Doyoung hizo presencia en el pequeño círculo que habíamos formado, yo volteé a ver su figura, acercándose con calma.

La vergüenza que había logrado hacer que disminuya, volvió con fuerza y sentí que era un castigo de los dioses, o Buda quizá.

Tal vez era porque de niña grité que Dios no existía en frente de mi abuela cuando mi helado se cayó al piso.

—¿La conoces? — preguntó Taeyong, mirándolo de reojo.

—Claro que la conoce—Mark respondió entre risas bajas, recibiendo una mirada interrogativa de mi parte y una molesta de Kim Doyoung —Ella le rompió la nariz a hyung— explicó Mark, con un tono de culpabilidad que no entendí de dónde provino.

Taeyong asintió, con un “ah…” al aire, guardando el botiquín de nuevo, no pareciendo importarle mucho la nueva información.

Claro, yo era una persona más en la universidad, nadie de gran relevancia para el dios griego que era Lee Taeyong, después de esto volvería a ser una hormiga que se dejaría ser pisada por él si éste lo dice.

Escúpeme si quieres, Taeyong.”

Me encontré haciendo un pequeño puchero por mis pensamientos, y sentí la fija mirada de Kim Doyoung sobre mí.

Carraspeé, sintiendo como si él hubiera adivinado que pasaba por mi cabeza las maneras en las que dejaría que su amigo me humille.

—Bueno, muchas gracias por su… hospitalidad— la última palabra sonó más como pregunta viniendo de mi boca —pero debo irme, es un día agitado y-…

—El clan Prásino, ¡hyung!

El grito-susurro de Mark me interrumpió y solo pude ver sus caras con señales de alarmas antes de que alguien se tire encima de mí, haciéndome quedar acostada en los asientos traseros.

Miré de cerca, demasiado cerca, los ojos de Kim Doyoung, y su respiración chocando contra mi nariz.

—¿Pero qué caraj-…?

Otra vez fui interrumpida, cuando Kim Doyoung puso su palma en mi boca, privándome de hablar. Fruncí el ceño, sintiendo la grave interrupción a mi espacio personal, y queriendo poder darle un golpe para que se levante, pero sus ojos me indicaron que no hiciera absolutamente nada al abrirse un poco más, con severidad.

No me di cuenta en qué momento habían cerrado la puerta, solo lo supe cuando voces se escucharon desde afuera y me sentí en una situación más solitaria con el chico de cabello negro.

—¿Fingiendo ser normales? — una voz desconocida entró a mis oídos, y yo volteé a ver el vidrio negro.

—¿Qué haces aquí? — preguntó Taeyong, con un tono serio, no podía mirarlos, pero sabía que estaban en una postura defensiva.

CRESCENDO | Kim DoyoungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora