"Es por aquí, según los habitantes del reino" dijo algo nervioso un Marine.
"¿Estan seguros de que debemos Seguir entrando en este bosque?" pregunto temeroso otro.
"Si" contestó el lider "nos dijeron que aquí habían tres monstruos que no respetaban las reglas y la seguridad de la gente" comentó mientras esquivaba un hongo venenoso.
"No me sorprende" dijo un mirando abrazabdose a si mismo "este lugar es aterrador".
El grupo de seis siguió caminando, todos ignorando a las precensias que los seguian.
Horas después por fin encontraron algo, un camino desgastado de gravilla.
Sonrieron, emocionados de haber encontrado algo. A médida que avanzaban por el sendero, este se hacía más notorio y comenzaba a inclinarse hacia arriba.
"¿A donde creen que llegue?"
"Hacia un acantilado"
"¡AHHHHH!"
Todos los marines cayeron al suelo por el susto. El lider miro sorprendido a su superior.
"¡Vice Almirante Garp!"
"Buenas tardes Morgan" contestó el otro mientras los observaba serio.
"Este camino" dijo tocando la gravilla desgastada con el pie "lleva a un acantilado que está desmoronandose" comentó tranquilo, mirando hacie el frente.
"Oh..."
Los marines se levavantaron e hicieron el típico saludo militar ante su superior.
"Yo ya me encargué de estos monstruos, no deben preocuparse"
Los marines suspiraron aliviados de no tener que adentrarse mas en aquel bosque.
"No me sorprende usted es increíble Garp-San"
Garp sonrio ante el elogio, mientras los acompañaba hasta Goa.
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Garp suspiro mientras entraba nuevamente al monte corvo, no dijo nada ante la persona que comenzó a caminar a su lado. Sólo espero a que ella hablara, no espero mucho.
"Así que, tu te encargaste de los tres monstruos que aterroriza a Goa" dijo la joven mientras sujetaba la canasta que llevaba en las manos.
"Si, los mande a dormir temprano" dijo "aunque el horario de verano ya comenzó así que estaran despiertos hasta mas tarde"
Makino soltó una risita, antes de ponerse sería.
"Pero hay que tener mas cuidado, no podemos dejar que "ellos" se enteren de nuestros tesoros"
Garp asintió ante sus palabras "mas tarde hablaré con los demás" Makino asintió, mientras le pasaba a su padre un muffin que sacó de su canasta.
"Gracias"
"Mmm"
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Ambos llegaron a la destartalada casa de madera, ya estaba anocheciendo. A pesar de lo silencioso que estaba todo el bosque y que de ya casi era de noche, desde adentro de la casa, sólo se podían oir gritos.
"¡No queremos!"
"¡No puedes obligarnos!"
"¡Nos rebelamos!"
"¡Vuelvan aquí mocosos! ¡Están llenos de barro! !TIENEN QUE BAÑARSE!"
"¡NO!"
De adentro de la casa, salieron tres niños todos sucios, con ropa rota y varias vendas y curitas. Los mas grandes trancaron la puerta para que la mujer que quería atraparlos no los pudiera seguir. El mas pequeño observo hacia donde estaban Garp y Makino, sonriendo a penas los vio.
