🌞🌜🌊III🌊🌜🌞

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Hace muchos siglos atrás, existieron tres hermanos. Ellos tres, ayudaban a su pueblo. El hermano mayor, aquel con un gran temperamento y furia que acababa con todos sus enemigos, y un gran cariño y calidez para sus aliados. Se encargaba de otorgar el fuego  al pueblo y darles días soleados. El hermano del medio, serio e inteligente, frío con sus oponentes y paciente con sus aliados. Se encargaba de dar noches tranquilas y llenas de estrellas al pueblo. El hermano menor y el más protegido por los mayores, era amoroso y inocente, atrayendo a las personas hacia la profundidad de su ser. El proporcionaba agua dulce y ayudaba a los barcos a llegar a salvo al pueblo.

Todos los amaban, pero con el tiempo muchos comenzaron a querer más. Querían las habilidades de estos hermanos, querían dias mas soleados, mas agua dulce y mas noches brillantes. Un día, varios habitantes del pueblo atacaron al hermano del medio. Asesinandolo.

El hermano mayor enfureció, quemando todo el pueblo, dejando sólo las cenizas. El hermano menor, inundó lo que quedo del pueblo con su llanto. Un llanto desgarrador que persiguió a los barcos que pasaron por allí.

Con el tiempo, el hermano mayor y el hermano menor, lograron superar su pérdida. Siguieron juntos, escondiendo sus anormalidades, haciendose pasar por personas normales.

Un día, paseando por una ciudad, alguien trato de dañar al menor. Logrando que la furia que tanto había resguardado, saliera a la luz, y como aquella ves. Quemo todo el lugar.

Desde ese día los hermanos fueron perseguidos por todo el mundo. Todos fascinados por las habilidades del hermano mayor. Y queriendo poseerla.

Capturaron al menor, haciendo que el mayor, apagara su fuego y se entregará, a las personas que tomaron a su tesoro.

El mayor fue ejecutado, y el menor, en soledad. Lloro, lloro tanto que inundó el mundo. Separando todo en islas. El hermano menor murió igual de joven que sus dos hermanos. Sólo que el murió de tristeza. Por haber perdido a sus dos hermanos, por haber perdido a sus razones para vivir.

"¡ACE!"

El pecoso salió del trance en el que se encontraba, escuchando la historia de aquella mujer.

Observó paralizado a su primer oficial, que lo miraba entre preocupado y agitado.

"Ace, ¿estas bien?"

El peliazul se acerco al pelinegro y lo tomo del brazo para posicionarlo detras de el.

"¿Ella te hizo algo?" pregunto amenazador, Ace negó con la cabeza rapida mente. Miro a la mujer con aprensión "gracias por contarme esa historia"

"No hay de que cariño" ella sonrió, viendo divertida al peliazul que la miraba ceñudo.

"¿Que ocurre Deuce"

El mayor pareció recordar algo.

"¡Es verdad! ¡Ace hay que irnos!" el mayor se dio la vuelta tomando al menor de sus hombros "¡los Barbablanca atracaron en la isla, y nos están buscando!" el rostro del pecoso tomo una expresión de horror, tomando la mano de Deuce y saliendo de la pequeña tienda a toda velocidad.

"¡Adiós señora, y gracias de vuelta!" grito levantando una mano. Ella solo sonrió, saludando al menor.

Su sonrisa desapareció, tomando una expresión de tristeza.

"Espero, que está ves la historia no se repita. Ellos realmente me gustan"

"¡¿Los demas ya están en el barco?!" Ace y Deuce corrian por el pueblo, yendo lo mas rápido posible al spadille. Tratando de que ningun Barbablanca los viera.

"¡Si! ¡Ya tenemos todo para zarpar sólo nos faltabas tu!" dijo con una sonrisa.

Ace sonrió apenado, cuando vio algo que hizo que perdiera todo el color de su acaremalada piel.

Duece siguió su linea de visión y también perdio todo el color del cuerpo. Cubriendo por completo al Spadille, estaba el Moby Dick.

"Santa mierda" Ace y Deuce se miraron, ambos nerviosos.

Ace tomo la mano de su primer oficial, subiendo la temperatura de su cuerpo, tratando de calmar a su amigo, por mas de que su corazon estuviera en su garganta. Duece le dio una sonrisa mas tranquila. Ambos un poco mas calmados, corrieron como alma que lleva al diablo hacia el barco, viendo a sus demas nakamas aterrorizados por el barco frente a ellos.

Ace y Deuce subieron rápidamente al barco, notando como muchos de los Barbablancas que estaban en la isla corrian hacia ellos.

Espantados, Ace y Deuce comenzaron a gritar órdenes a diestra y siniestra, rogando por poder escapar.

El barco comenzo a alejarse del mas grande, a una velocidad increíble. Lo que no se esperaban fue el gran maremoto qe azotó al pequeño Spadille.

"Mierda.."

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"¿Que cosa de que?" Luffy miro a sus nakamas confundido.

"Tu pecho" señaló Zoro.

"¿Mí pecho?" Luffy miro a su primer oficial confundido.

"Si" Nami lo señaló "¿por que lo ocultas?"

Luffy los miro unos momentos, para despues negar.

"No puedo contarles, no por que no quiera, si no, por que prometí a mi familia no contarle a nadie hasta, que ellos mismos confirmado que no me harán nada. Por mas que yo les confie mi vida, ellos no confían en ustedes. Pero juro que algun dia les contare todo" Luffy miro con cariño a sus nakamas, quienes confiaron en el. Esperaría el día, y les demostrarian a la familia del menor, que ellos eran los más confiables.

La leyendaWhere stories live. Discover now