9. Las duquesas de Hastings

87 45 0
                                    

Los hombres son criaturas con espíritu de contradicción, sus cabezas y sus corazones nunca guardan concordancia

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Los hombres son criaturas con espíritu de contradicción, sus cabezas y sus corazones nunca guardan concordancia. Y como bien saben todas las mujeres, sus actos
normalmente están regidos por otro aspecto completamente diferente.

REVISTA DE SOCIEDAD DE LADY WHISTLEDOWN,
2 de mayo de 1814

O tal vez no.

Justo cuando Lisa empezaba a trazar la mejor trayectoria hasta los labios de Jennie, oyó un sonido del todo espantoso: la voz de su hermano pequeño. — ¡Lalisa! — gritó Tae —. Ahí estás.

La señorita Kim, muy tranquila, sin darse cuenta de lo cerca que había estado de ser besada hasta perder el sentido, se volvió para observar a Tae que se acercaba hacia ellos.

—Un día de estos —masculló Lisa— tendré que matarle.

Jennie se volvió otra vez hacia la vizcondesa. — ¿Ha dicho algo, milady?

Lisa no le hizo caso. Sin duda era la mejor opción, ya que hacerle caso tendía a provocarle un deseo desesperado por ella. Y, como bien sabía, aquello era un rápido camino hacia el desastre más absoluto. Para ser sinceros, quizá debería estarle agradecida a Tae por su inoportuna interrupción. Unos pocos segundos más y habría besado a Jennie Kim, y eso habría sido el mayor error de su vida. Un beso con Jennie tal vez fuera excusable, sobre todo si se tenía en cuenta la manera en que ella le había provocado la otra noche en su estudio. Pero dos... bien, dos, para cualquier mujer honorable, significaría dejar de cortejar a Kim Tzuyu. Y Lisa aún no estaba del todo preparado para renunciar al concepto del honor. No podía creer lo cerca que había estado de echar por la borda su plan de casarse con Tzuyu. ¿En qué estaba pensando? Era la novia perfecta para sus propósitos. Lo único que sucedía era que su cerebro se confundía cada vez que aparecía la entrometida de su hermana.

—Lisa —repitió Tae cuando estuvo más cerca—, ¡y la señorita Kim! —Les miró con curiosidad; estaba al
corriente de que no se llevaban bien—. Qué sorpresa.

—Estaba recorriendo los jardines de su madre —dijo Jennie— y me topé con su hermana.

Lisa se limitó a hacer un gesto de asentimiento. —Rosé y Jisoo han llegado —dijo Tae.

Lisa se volvió hacia Jennie y le explicó —Mi hermana y su esposa.

— ¿La duquesa? —inquirió ella con cortesía.

—En persona —refunfuñó Lisa.

Tae se rió del despecho de su hermana. —Era contraria a ese matrimonio —le explicó a Jennie—. Detesta que sean felices.

—Oh, por el amor de... —dijo la vizcondesa con brusquedad— Estoy muy contenta de que mi hermana sea feliz —añadió entre dientes, no sonaba especialmente feliz—. Simplemente creo que tendría que haber tenido más oportunidades de molerle a palos a esa hij... sinvergüenza antes de que se embarcaran en su «vivieron felices y comieron perdices».

Manobal | Jenlisa Where stories live. Discover now