Capítulo 50: Buenas noches...

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No cabía duda de que, al recordar lo básico del arte de la espada, Kokichi dominaba a pasos amplios las enseñanzas de Tanaka. Era una virtud suya el ser una esponja a la hora de aprender algo acorde a sus intereses. En alguna que otra ocasión el mayor se había visto superado en combates de práctica, lo que anunciaba en grande que el pelimorado tenía un talento innato para blandir la espada, lo cual le enorgullecía. Muy pocas veces se tenía la oportunidad de pulir las habilidades de un prodigio y él había tenido la suerte de poder hacerlo. Una vez más, el entrenamiento diario llegaba a su fin.

-No cabe duda de que avanza usted a pasos agigantados, alteza. Aunque aún le falte mucho en términos de experiencia, si consigue manejarse con tanta destreza en el combate no habrá hoja que se le oponga. _elogió Tanaka, colocando en su respectivo sitio ambas espadas de madera, las cuales ahora lucían rayones y relieves en los bordes_ Sus estocadas son certeras y sus cortes son limpios.

-No necesito estocadas certeras ni cortes limpios, Tanaka... _afirmó el pelimorado, captando con sus palabras la atención de su maestro. ¿Con qué objetivo, entonces, deseaba aprender a blandir una espada?_

-¿Qué necesita entonces con este entrenamiento? Temo que no comprendo sus razones si lo pone de ese modo.

-Solamente busco la fuerza necesaria para ser capaz de proteger lo que tengo y no huir como un cobarde... Igual que aquella noche... No quiero esconderme tras la espalda de nadie ni ser protegido por otros.

-Va de la mano el ser un príncipe y futuro rey, y ser protegido por su ejército.

-Esconderme tras la muerte de mis hombres solo me hace un déspota interesado a quien la vida le parece algo tan ínfimo como una moneda de cambio. ¿Qué clase de rey sería si permitiese que otros muriesen solo para que yo pueda tener aliento en los pulmones? No entiendo la ideología que otros reyes parecen tener. Mi ejército lo hace mi gente, un rey vive para su pueblo. Si no soy capaz de protegerlos a ellos también no merezco llevar una corona sobre mi cabeza.

-Una pura forma de pensar para un futuro rey que experimenta la grandeza del mundo. Sin embargo, incluso yo debo admitir que nunca se puede proteger todo lo que se quiere. Aunque su reino fue considerado el más grande imperio de la historia y sus probabilidades de entrar en guerra sean casi nulas, incluso usted ha visto que ya se ha alzado un enemigo que cree poder hacerle frente.

-Con tácticas cobardes cualquiera puede ser un héroe en el campo de batalla, Tanaka. Esconderse tras excusas es más sencillo que recibir la condena de una realidad.

-Y no voy a negarlo. Ahora, ¿me respondería una pregunta más? _inquirió, mostrándose más serio que de costumbre_

-Eso dependerá de lo que sea que preguntes.

-¿Esta joven, ___, vale para usted tanto como su reino? No me dirá ahora que su afecto por ella no ha sido lo que le ha traído hasta aquí.

-... Lo vale... _musitó a modo de respuesta, para luego tomar su distancia y comenzar a caminar en dirección a la residencia, dejando atrás a un Tanaka igual de sorprendido como de confundido_

Claramente, Tanaka era otro que no comprendía la carga que la peli___ tenía sobre sus hombros, y por ende, no comprendería el por qué de qué Kokichi se empeñase en protegerla tanto como para no apartar la mirada de ella ni por un segundo. Igualmente, la.vids del príncipe y su aparente enamorada no era algo de su incumbencia. Su misión era la de guiarle a través de la senda de aquellos que desean dominar el arte de la espada. Lo que el príncipe decidiese hacer después de ello, no sería asunto suyo. Saldaría su deuda con el rey cuando su tarea estuviese acabada. Tanaka regresó a su residencia, encontrando a su desastrosa doncella, Ibuki, hablando animadamente con el resto del personal mientras que cuchicheaban sobre algo que no alcanzaba a escuchar. Claro que cuando Ibuki comenzó a chillar.todo el chisme salió a la luz.

Breaking the mold [Prince/PG!Kokichi Ouma x Plebeian!reader] © RoseSanae55Where stories live. Discover now