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—-¡Por los Arcontes, y vos quién sos! —-gritó Kazuha, tapándose la desnudez con la escasez de sábanas sobre la cama.

—-Humano, no grites —-protestó el otro, cogiendo la almohada y cubriéndose la cabeza.

—-¡Cómo que no grite! No sé quién sos vos, ni porque yo estoy desnudo acá con vos. Por los Arcontes, ¡y cómo que "humano", quién te crees que sos! ¡te crees un adeptus o qué!

El chico, quien parecía no haber terminado de cazar la ficha, se quedó quieto, dubitativo. No sabiendo si lo que exclamaba era en serio o si estaba bromeando.

—-Oh por Dios, —-proclamó Kazuha, mirándolo con la boca abierta —-no puede ser.

El supuesto adeptus –o lo que Kazuha creía que era un adeptus– se dio la vuelta –ya que había estado boca abajo todo este tiempo– sus ojos ámbar chocaron con los del extraño-no-tan-extraño.

—-Esto es lo más extraño que he hecho en mis veintidós años de vida, y eso que he hecho muchas cosas extrañas...

—-¿Cómo cuáles? —-se animó a preguntar el del al lado, quien aún seguía bajo los efectos del alcohol. Si no de seguro hubiera salido corriendo al minuto de haber abierto el ojo.

—-Confronté a mi Arconte, la Shogun Raiden... no sé si eso cuenta...

—-¿Cómo? ¿Qué hiciste qué? —volvió a preguntar, dándose cuenta de que él jamás podría hacerle eso a Rex Lapis.

—-Quería usar Filo del Pensamiento Vacío con Lumine... ¡pero ese no es el caso! ¡¿dónde demonios estoy y quién sos vos?! —-gritó otra vez, una vez volvió en sí.

—-Estamos en la Posada Wangshu, a mitad de Liyue, y yo soy el Yaksha Xiao —-respondió, como si le estuviera dando explicaciones a un niño.

Kazuha lo miró perplejo, pestañeando varias veces.

¿Yaksha?

¡Y eso que era!

Aquel día no era uno normal, era el Rito de la Linterna, y Beidou había comenzado el día bastante extasiada

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Aquel día no era uno normal, era el Rito de la Linterna, y Beidou había comenzado el día bastante extasiada. Su barco estaba teóricamente, patas para arriba, y Ningguang no ocultó su cara de asco una vez puso un pie en la flota, la cual desapareció a la brevedad al ver a la dueña del barco charlando con un tripulante en el timón. Kazuha las observó con curiosidad hasta que las cajas que debía cargar sobrepasaron su corta estatura, impidiéndole ver bien a dónde debía ir.

—-Buen día, señor Kaedehara —-lo saludó la rubia, quien giraba la pipa entre sus dedos.

Kazuha se asomó por un costado de las cajas y respondió: —-Buenos días, señorita Ningguang.

—-¿Beidou está muy ocupada? —-cuestionó, haciendo referencia a que la capitana tenía una larga y extendida conversación con el tripulante.

—-Lo dudo, estamos intentado dejar el barco lo mejor acomodado para la fiesta que usted dará hoy —-informó, aunque al segundo pareció retractarse —-. Aunque nosotros estamos haciendo todo.

Don't Stop | Kazuxiao [three-shot]Where stories live. Discover now