-Capítulo 2

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La sensación de tener una piedra atorada en la garganta permaneció ahí en cuanto terminé de leer mi cómic de Azura

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La sensación de tener una piedra atorada en la garganta permaneció ahí en cuanto terminé de leer mi cómic de Azura. Sabía que me faltaban muchísimos más, pero no conocía ninguna tienda como para comprar otro, agregando que me daba bastante vergüenza preguntarle a Luz si sabía de alguna, o en dónde conseguía sus cómics. Pensé que podría simplemente pedirle el suyo, el cual era justamente el siguiente.

Idea totalmente ínfima.

Suficiente tuve en Birmingham, no estoy para volver a apedrearme el camino y andar descalza sobre este.

Me levanté de mi cama y bajé hacía la sala. Mis hermanos no estaban; si no me equivoco, habían ido a una discoteca. Siempre me sorprendía la cantidad de facilidad y elocuencia en sus gestos y palabras, como si solo fuera decir "Hola" y "Adiós". Al igual papá, quien a palabras de mi madre, había salido a comprar algunas cosas que necesitábamos en casa.

Tan solo a medias escaleras pude escuchar los variados ruidos de la televisión y ver las paredes iluminadas de distintos colores mientras mamá preparaba palomitas. El olor salado de estas me infestó las fosas nasales, haciéndome bajar como una sonámbula y llegar a la cocina en muy pocos pasos.

Me puse detrás de ella, sin decir nada, solo observando lo que hacía. De la alacena sacaba frituras y las ponía en unos platos. Me acerqué a uno para tomar una papa y oí una risa de su parte —Amity —solté un pequeño sonido en respuesta porque continuaba comiendo. Me di cuenta de que sus brazos estaban cruzados y su mirada era inquisitiva. Muy seguramente su ceja estaba alzada.

—Perdón —balbuceé porque mi boca seguía llena de comida y mamá volvió a reír, pero tan solo en segundos se me agitó un poco el corazón cuando el silencio logró volverse penetrante en los oídos.

—¿Cómo te has sentido con... Esto? —su cambio de tema fue casi tan abrupto como la noticia de que íbamos a mudarnos, pero de igual forma, preparé palabras para responderle —No sé —me miré las calcetas —. Solo espero que sea mejor, ¿Si? —asintió lentamente y se acercó más a mí con sus brazos extendidos. No hice nada, porque ni yo me di cuenta de que los míos estaban cruzados por mis costillas. Y yo no quería que ella hiciera tal cosa, porque sabía que eso iba a pasar.

—Me cansé —le dije sin contenerme y con la voz aguda porque una horca me apretaba la garganta —. Y yo ya no quiero estar cansada. —y finalmente, aquella horca se soltó cuando me rodeó y yo solo dejaba encajado mi mentón en su hombro. Mis brazos se pegaron a mi pecho en forma de X, mientras ella solo atinaba por acariciarme la espalda, de arriba hacia abajo y con una mano en mi nuca, tal cual como lo hacía desde los atisbos de mi memoria.

—Tranquila, mi cielo —era inútil disimular mi llanto, porque por más que lo desease, me era simplemente imposible de cubrirlo —Ya no puedo más, mamá —entonces con mis brazos, la apreté, y ella con sus brazos sabía cómo sacar a aquella náufraga de las olas convertidas en su propia y enorme melancolía.

𝘖𝘭𝘰𝘳 𝘢 𝘓𝘢𝘷𝘢𝘯𝘥𝘢 [Lumity Fanfic]Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora