Capítulo cinco

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2022

Desconoció su reflejo, limpiando el vapor del espejo con la toalla mojada.

Acababa de terminar su entrenamiento matutino, sábado por la mañana. El sol recién estaba apareciendo a través de las ventanas, alcanzando a iluminar una porción importante del baño. Terminó de secarse el cabello absorto en sus pensamientos, arrastrando los pies hacia dentro del vestidor en búsqueda de un atuendo lo suficientemente cómodo para espectar el torneo de golf que Yunho había organizado.

Admiró una vez más su cuerpo a través del cristal pintado y salió de su habitación directo al garaje, acomodando el reloj suizo que heredó de sus abuelos a la par que se aseguraba de estar en buen tiempo.

El ama de llaves llegó apresuradamente detrás de él con la bolsa de palos recién desempolvada.

—¿Irá usted solo, señor?

Baekhyun le sonrió al quitar la bolsa de sus manos y meterla en el maletero—. Es sábado, vayan a disfrutar del día mientras no estoy aquí, por favor.

—Pero todavía no es la fecha de nuestro retiro mensual.

Él se encogió de hombros rodeando el vehículo hasta quedar sentado en el piloto. Sacó las gafas de la guantera para evitar el sol que se avecinaba por la puerta metálica abriéndose.

Bajó la ventana volviendo a sonreír a su empleada e inclinando un poco la cabeza para mirarla por sobre el armazón de metal, le habló—: Serán dos este mes, paguen con mi tarjeta y vuelvan el lunes.

Antes de que ella pudiera negarse, encendió el motor y avanzó en primera marcha cuando la puerta automática comenzó a abrirse bajo su comando, desapareciendo por la rotonda y tomando el camino hacia el lejano club de golf mientras disfrutaba de la brisa mañanera que lo acariciaba por la velocidad con la que avanzaba.

Nunca había sido un aficionado, pero se convirtió en miembro del club obligadamente a manos de su padre. Si bien tuvo la posibilidad de renunciar a su membresía tan pronto cumplió la mayoría de edad, la verdad es que no le molestaba pertenecer. Baekhyun siempre había sido alguien, el alumno ejemplar, el chico dorado, el hijo pródigo, el de falsas esperanzas, el del corazón roto, el débil, el inútil, el hijo de su padre, pero fue hasta después de que su padre murió que pudo convertirse finalmente en Byun Baekhyun.

Subió el volumen a la radio y avanzó serpenteando entre los pocos autos que transitaban por la infinita carretera. Kyungsoo y su nuevo sencillo aparecieron después de un corte comercial, tarareó la melodía llevándose el pulgar a los labios y apretando el acelerador sin preocupaciones. Entendía por qué su amigo era un éxito rotundo, la manera en la que recitaba las palabras endulzadas era su fuerte. Baekhyun prefería las canciones de despecho a las de amor, pero su amigo lograba conquistarlo a manos de su linda voz.

Reconoció el camino rocoso metros adelante, un gran cartel anunciaba el lugar por donde debía ingresar. Apagó el motor cuando el valet apareció para llevarse su auto y le entregó la bolsa al chico que se anunció como su caddie, caminando con él detrás en todo momento.

Yunho lo encontró primero, extendiéndole un coctel sin alcohol hermosamente decorado.

—¿Cuál es la causa benéfica de este fin de semana?

—Un albergue de gatos que Minseok encontró en el centro.

—Pues los gatos se llevarán mi dinero esta vez.

—Deberías adoptar uno —Minseok llegó dejando un beso sobre su mejilla con dos mojitos entre las manos. Probablemente para él— o miles, tienes demasiado espacio en casa.

Class of 2010Where stories live. Discover now