Prólogo

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¿Habéis oído hablar del amor a primera vista? ¿De los flechazos?

Ese amor que te entra por los ojos y que llega hasta el corazón como una flecha cubierta de sentimientos y mariposas.

Pensaba que esas cosas solo ocurrían en las películas románticas, pero no, resulta que en la vida real también suceden.

Y lo mejor de todo es que nunca sabes cuándo va a suceder, simplemente sucede, es algo que no puedes controlar.

No sé si llamar amor a esto que estoy sintiendo, pero al ver la tristeza en sus ojos he tenido la necesidad de conocerle, de intentar que esa mirada de pena desaparezca y solo quede una bonita sonrisa.

Si esto es lo que sientes cuando tienes un flechazo, pues sí, me acaba de llegar la flecha al corazón.

-Ey- noto un pequeño empujón y aparto la mirada del chico que acaba de entrar por la puerta- ¿Se puede saber dónde estás y porque no aquí?

-Perdona, me he distraído- vuelvo a mirar en su dirección pero ya no hay nadie- ¿Me he perdido algo?

-Nada importante, pero como la vida de alguien dependiera de lo que estábamos haciendo lo llevas claro.

Ambas nos reímos.

La chica con la que estoy hablando es Martina, mi mejor amiga y compañera de clase desde que tenemos 3 años.

Hemos estado juntas en Infantil, Primaria, en el Instituto, y ahora en la carrera de Medicina.

Supongo que teníamos las cosas claras desde pequeñas.

-Vamos a casa anda- vamos a una sala y nos quitamos todo el instrumental que llevamos encima- ¿Puedo saber que te tenía tan distraída antes?

-Nada- me quito la bata y la cuelgo- Estaba en mi mundo.

-Eso está bien, pero tienes que recordar que aún no hemos terminado la carrera, esto que estamos haciendo aún forma parte de nuestro aprendizaje, y tienes que estar atenta- suspiro- Dentro de poco la vida de la gente dependerá de nosotras.

-Mar, me lo dices diez veces al día- sonrío de lado- Por estar cinco minutos distraída no se va a morir nadie, cálmate.

Me mira de reojo y nos echamos a reír. Rápidamente salimos de ahí y vamos a la entrada para firmar nuestra salida, llevamos un mes viniendo aquí a hacer nuestro último año de carrera, año en el que nos tocan las prácticas, así que por eso estamos aquí.

-Hasta mañana chicas- nos despedimos de Carlos, el chico de recepción y salimos fuera.

Vamos charlando y riendo mientras caminamos hacia la parada del bus, donde esperamos a que llegue para poder irnos a casa.




Este es el primer capítulo de mi nueva historia, espero que os guste y la apoyéis.

También podéis encontrar mi otra historia, también sobre Gavi, en mi perfil.









Mi destino || Pablo GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora