Capítulo 19

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—Señorita Jeon, veo que su omega no le acompaña hoy —el agente moreno le habla—, Que falta de profesionalismo —estira su mano—, puede llamarme Jack.

—Un gusto —sonríe y acepta su mano. Es el mismo que fue a su casa pero no hubo tiempo de presentaciones—. Lisa se quedó en casa cuidando del bebé.

—Que bueno —sonríe—, sígame, por favor.

Él lo dirige a un consultorio. Ha pasado una semana desde la visita a su casa y para hoy, estaba programada la cita para los análisis de paternidad. El hombre abre la puerta, pero detiene a Jungkook.

—Ella está dentro. Sólo... No haga algo que pueda asustarla, por favor.

Sin entender muy bien, asiente y entran. En una silla está un doctor hablando con una bebé, se ve intranquila, cuando ve al agente sus brazos se estiran hacia él. Su tamaño es notablemente pequeño, igual que era el de Yeri. Es idéntica a ella, sólo que sus labios son más gruesos y sus ojos un poco más almendrados, al rededor del derecho hay una bola amarillenta, y en los brazos tiene varias marcas y costras. Tiene poco más de 1 año, y en sus ojos hay terror.

—Está bien, cariño —el moreno acaricia el cabello de la niña, peinado en dos rodetes sobre su cabeza.

El alfa de Jungkook se vuelve loco, queriendo correr hasta la niña, tomarla en sus brazos y protegerla de todo.

— Está es la pequeña Huiyeon.

Huiyeon se encoge y cierra los ojos cuando ve al alfa caminar hasta ella.

—Está bien, pequeña —Jack le habla, acariciando su espalda—. Estamos aquí para protegerte, ¿si?

Al parecer, ella entiende. Abre sus ojos y están rojos, queriendo llorar.

—Haremos esto rápido —el doctor habla por primera vez—. Sólo necesito que abra la boca —le dice a Jungkook y él lo hace.

Mete algo como un cotonete a su boca, pasándolo por sus mejillas interiores, luego lo guarda en una bolsa. Hace lo mismo con la niña, sólo que como ella se negaba, tuvo que hacerlo a la fuerza, haciéndola llorar. Jungkook quiso tirarse sobre él y darle unos cuantos golpes por eso.

—Es todo, señor Jeon.

—¿Cuándo tendré que volver? — disimuladamente, pone una mano sobre la espalda de Huiyeon, sintiéndola temblar.

—Dos días, a la misma hora.

El castaño asiente y sale de ahí. Su celular comienza a sonar dentro de su bolsillo.

—¿Si?

Mmh, Kookie —es Lisa y su voz suena diferente.

—¿Lili?

—Mierda, Jungkook... No demores.

—¿Estas bien?

Ah, no —oye que gime.

—¿Tu celo?

S-sí y duele sin ti.

Cuelga la llamada y analiza las cosas, rapido. Su opción era correr, la casa no quedaba tan lejos y en el autobús tardaría mucho, y no podía hacer a su omega esperar mucho.

Así que corre, lo más rápido que sus piernas dan. No tarda ni 5 minutos cuando ya esta en la puerta. Toma unas respiraciones más antes de abrir la puerta. El intenso olor de Lisa le golpea, hipnotizándolo.

Era muy dulce y Jungkook casi sentía saborearla. Oye los quejidos de la omega, suena aguda y necesitada.

—¡Jungkook!

En el camino, quita su camisa y desabrocha sus pantalones. Está duro y cuando ve a Lisa, cree quedarlo más. Está recostada en la cama, completamente desnuda, con unos dedos dentro de su boca y otros por su entrada, solloza cuando el olor de Jungkook llega a sus fosas nasales.

—Por favor —hipa, mordiendo su mano.

Quita sus pantalones y boxers, dejando libre su erección. Abre las piernas de Lisa y se posiciona entre ellas, guiando su miembro a su interior.

—M-mierda, si —los dedos de la omega se hunden en la piel de sus brazos.

Besa sus mejillas húmedas, moviéndose lentamente en su interior, viendo como la menor rodaba los ojos, disfrutando. Poco a poco, va acelerando su ritmo para no lastimarla.

—Me jodes tan bien —Lisa dice con voz aguda.

—¿Desde cuándo dices esas cosas? —mordisquea su cuello sin parar.

—Desde ahora.

Jungkook comienza a lamer y morder con cuidado la piel de Lisa, haciéndola suspirar.

—Ahí —la pelinegra dice y él entiende.
Siente sus dientes afilarse, los clava en el cuello de la omega, y esta solloza de placer al ser anudada y marcada al mismo tiempo. Justo entre la curva de su cuello, Jungkook comienza lamer la sangre que gotea, buscando sanar la herida.

—¿Bien? —pregunta con voz gruesa, olfateando la marca que acababa de crear.

—Contigo siempre —apenas dice, con la garganta gastada.

(...)

—¿Cómo te fue? —Lisa pregunta sobre el pecho del alfa, media hora después.

—Bien, solo fue por la saliva.

—¿Estaba ella ahí la bebé?

—SÍ.

—¿Cómo es?

—Es... identica a Yeri, pero sus ojos eran  como los míos.

—Entonces es bonita —se mueve, quedando ahora con la cara en el cuello del alfa.

—Demasiado —suspira, recordando la cara de terror de la niña cuando el doctor la hizo llorar.

—¿Estás bien? —acaricia su brazo, con la punta de sus dedos.

—Debiste verla, Lili. Ella estaba asustada de todo y en sus brazos había marcas.

—Pobre bebé —un puchero aparece en sus manos, imaginando todo lo que pudo haber pasado—. ¿Y?, ¿sentiste algo cuando la viste? —Jungkook asiente—. Es tu hija, Kookie. Tu alfa no se hubiese puesto alerta si no fuese tuya.

—¿No te molesta?

—¿Debería?

—No sé, pero... sería mi hija y con otra persona.

—Sí, pero fue antes de mi. Además ella no tiene la culpa de nada.

—Gracias, Lili.

—Para servirte —se ríe, mordiendo el cuello del alfa, comenzado a sentir su cuerpo calentarse otra vez.

—Creo que yo te serviré.






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