Capítulo 6.

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Leah


Está sentado a mi lado, hace apenas media hora que hemos follado y no termino de explicarme como a sucedido algo así. Me está acariciando el pelo mientras ambos estamos en silencio, creo que ambos tenemos miedo, yo tengo miedo de enamorarme y él, tendrá miedo quizás por lo que pueda pasar si su novia se entera de esto.Suena su móvil sacándome de mis pensamientos y suspira al ver que es su novia, pese a estar a mi lado, abrazándome después de haber follado, el descarado contesta a la llamada.

-Hola cielo, claro que te hecho de menos. -silencio.- Si cielo, ha sido un día agotador. -a lo que yo sonrío burlona pensando en el polvo que hemos echado.

-¿Ha sido un día agotador? -murmuro en su otro oído y meto mi mano por su pantalón, pero me detiene, por lo que beso de forma húmeda su cuello dejando algún que otro mordisco.

-No lo sé aún, tal vez vea la tele un rato. -cuelo mi mano por su pantalón y me muerdo el labio juguetona, agarrado despacio su polla y la saco del pantalón-. Me han dado un par de golpes feos, no quiero que te preocupes. -muevo suave su polla poniéndosela dura mientras beso de forma húmeda su cuello, sonrío inocente cuando me separa despacio, me quito despacio el pantalón, junto con el tanga, me subo en sus piernas y me la meto gimiendo bajo mirando sus ojos con lujuria.

-Cuelga y fóllame. -murmuro mirando sus ojos.

-Cielo, te llamo mañana, te quiero. -cuelga y lanza el móvil encima de la cama.- Pienso castigarte por hacerme esto.

Antes de que pueda decir nada, me agarra la cintura y me tira en la cama desanudándose de cintura para abajo.

-¿Qué vas a hacer?

-Ya te lo he dicho, castigarte.

-¿Cómo?

-Voy a follarme ese culo.

Sale de mi habitación y le sigo con la mirada, vuelve a los pocos minutos y me enseña el lubricante.

-Has sido muy mala, mereces un buen castigo.

Se acerca a mi, me tumba boca abajo en la cama y me azota el culo.

-Dios, este culo debe ser ilegal, me la pones muy dura. -me azota otra vez.

Agarra mis caderas y me pone en la posición que él quiere, con el culo inclinado hacia él y el pecho apoyado en la cama, me abre un poco el culo y siento el frío gel, jadeo agarrándome a las sábana, escucho como gruñe excitado apretándome el culo y tras acomodar su postura, me mete la polla por el culo, gimo excitada , sabía que esto estaba mal, pero era divertido, lleva una de sus manos a mi húmedo coño y me aprieta el clítoris, provocándome un gemido alto, de dolor y placer, me mete dos dedos lo más profundo que puede mientras me da duras embestidas, no puedo dejar de gemir, sabe en que puntos exactos tocar para darme placer. Me remuevo excitada y mis piernas tiemblan cuando siento que pronto llegaré al clímax, pero, entonces, el hijo de puta deja de tocarme, me agarra del pelo moviéndose cada vez más rápido, me saca la polla y se corre en mi culo gimiendo por y para mí. Siento que se levanta y giro la cara para mirarle molesta, yo no me he corrido, ha parado cuando iba a hacerlo.

-¿Qué haces?

-Nena, no te muevas.

Se va de la habitación y vuelve al minuto a la habitación, me limpia con cuidado y eso me hace sentir bien, pasa la toallita por mi coño limpiándome y yo gimo, tenía el clítoris sensible, el más mínimo roce me hacía gemir, porque tenía ahí el orgasmo.

Déjame SalvarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora