Capítulo 19

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Narra Leah

Me levanto de la cama perezosa y me visto poniéndome solamente su camiseta, bajo a la sala y me acerco a la cocina, me apoyo en la puerta y le observo atenta mientras prepara las tostadas, se está chupando su dedo índice maldiciendo al tostador, lo que me hace llegar a la conclusión de que se a quemado, carraspeo para llamar se atención, me mira detenidamente, de arriba abajo, se detiene unos segundos en la parte baja de mi cintura, intentando averiguar si llevo tanga o no. 

-Capitán, mis ojos están arriba. 

-Y el amor de mi vida está abajo. 

-Cada día te odio más. 

-Amo que me odies. 

Se acerca a mi a paso firme y me agarra de la cintura, me sube en la isla de la cocina y se pone entre mis piernas, lleva su mano hacia mi intimidad y siento sus dedos acariciar mi clítoris, lo presiona y mira mis ojos malicioso. 

-Te quiero siempre sin ropa interior. 

-Yo no sigo órdenes. 

-Señorita, está usted delante de un agente. 

-Señor agente, me la suda lo que diga. 

-No, sudar no te va a sudar, te va a gotear.

-¿Y si me niego? 

-La arrestaré. 

-Ni de coña. 

-Una vez estés alimentada, hablaremos tu y yo. 

Se separa de mí y pone el desayuno en la isla de la cocina, me voy a bajar de la isla y niega poniéndose entre mis piernas. Coge una tostada y me la acerca a la boca, la muerdo despacio mirando sus ojos, se relame los labios y coge mi mano, me da la tostada y la cojo, se agacha poniéndose enfrente de mi intimidad. 

-¿Qué estás haciendo? 

-Desayunar. 

-No, no estás desayunando. 

-¿Qué pasa? ¿No me puedo comer tu coñito como desayuno?

-Eres un mal ejemplo para Tommy. 

-Mala madre, Tommy ya está en el colegio. 

-Te estoy cogiendo asco. 

-No sabes lo que me gusta saber eso. 

Lleva sus manos a mi culo y lo agarra clavando sus dedos en él, me acerca más al borde y hunde su cara entre mis piernas, siento su lengua rozar despacio mi clítoris y alzo la cabeza hacia atrás cerrando los ojos, su lengua me ataca sin piedad, abre aún más mis piernas y siento sus dedos entrar en mí, los mueve con fuerza queriendo entrar todo lo que puede en mí, separa su boca de mí pero sus dedos se siguen moviendo con fuerza haciéndome gemir más alto de lo que me gustaría. 

-Nena, desayuna antes de correrte o no te follaré. 

-¿Bromeas? -deja de mover sus dedos pero su pulgar acaricia lento mi clítoris-. No, no estás bromeando. 

Cojo la tostada y como rápido mientras no deja de masturbarme, me acabo corriendo en su boca y succiona mi corrida tragándosela. Se incorpora y me sube a su hombro, me empiezo a reír. 

-¿A donde me llevas? 

-A la cama a follarte. 

Me lleva a la habitación y me tumba en la cama, va a su mesita y saca sus esposas, se acerca a mí acariciando su polla por encima de su calzoncillo. 

-Barbie, ponte a cuatro. 

-No. 

Se ríe y me agarra poniéndome boca abajo a cuatro patas, pone su mano en mi espalda apoyando mi pecho en la cama y agarra mis manos inmovilizándome, me pone las esposas un poco apretadas pero sin hacerme daño, tras unos segundos, siento su dura polla rozándose por mi culo. 

-¿Puedo follarte el culo? 

-¿Puedes? 

-Vas a acabar conmigo. 

Se levanta de la cama y se acerca a su mesita, saca una caja y la abre despacio, le observo atenta. Saca un vibrador nuevo y lo deja a mi lado tras ponerle unas pilas, coge lubricante y se acerca a mí de nuevo. 


-¿Desde cuando tienes esto en tu mesita? 

-Desde que me muero por follarte el culo.

Escucho el sonido del vibrador y me estremezco, lo pone en la entrada de mi coño y gimo desesperada, lo acerca a mi clítoris y muerdo con fuerza mi labio, hecha lubricante en la entrada de mi culo y siento como la respiración se me acelera, se queda quieto unos segundos y siento como me mete el vibrador por el coño a la vez que mete su polla por mi culo, gimo poniendo los ojos en blanco, me agarra del pelo incorporándome un poco y empieza a embestirme con fuerza mientras gimo con fuerza muy desesperada, siento dolor, pero es jodidamente placentero, lleva su mano a mi cuello poniéndome de rodillas y baja su otra mano a mi clítoris, lo pellizca y gimo muy alto corriéndome sin poder aguantar más, me deja de nuevo a cuatro con el pecho en apoyado en el colchón y me agarra de la cintura embistiéndome con golpes secos y profundos. 

-Joder que estrechita que estás. 

Tras varias embestidas más, saca su polla de mi interior y se corre en mis nalgas, se levanta de la cama y se va, me deja gimiendo desesperada por el vibrador, muerdo con fuerza la sábana desesperada, vuelve y juega con mi clítoris haciendo que me sacuda un segundo orgasmo, me saca el vibrador y me limpia con unas toallitas, besa suave mi intimidad y jadeo suave, me desabrocha las manos y acaricia suave mis muñecas tumbándose a mi lado, me acerca a el y me abraza besando mi cabeza. 

-¿Estás bien? 

-Si, estoy bien. 

-Leah, te quiero. 

-No seas bobo. 

-Leah, te quiero. 

-Yo también quiero quererte. 

-No, tú ódiame, pero hazlo siempre así. 

-Lo haré, lo prometo. 

Me quedo abrazada a el relajada, disfrutando de como me siento al estar así, suena su móvil y suspiro perezosa. 

-Joder, dije que me pillaba el día. 

-¿Te irás? 

-No si puedo evitarlo. 

Se levanta y se pone sus calzoncillos, coge su móvil y contesta a la llamada, contesta con palabras cortas, pero sé que pasa algo, no sé que es, pero parece estar asustado, parece que le pasa algo y es bastante serio, cuelga la llamada y se pasa las manos por el pelo, respira hondo. 

-Haz las maletas, te vas de aquí. 

-¿Qué? 

Déjame SalvarteOnde histórias criam vida. Descubra agora