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El viaje en taxi hasta el hotel fue calmado, no había tráfico ni había lluvia, solo un trayecto silencioso y cómodo.
Sarada se había quedado dormida en el hombro de su madre mientras ella leía una revista, Kawaki estaba escuchando música con sus audífonos y el veía la ruta marcada en el mapa.

Simple tranquilidad.

Al llegar Sasuke pidió una habitación doble, no estarían tanto tiempo ahí y no los dejaría solos, subieron sus cosas y rápidamente se acomodaron madre e hija en una cama, y ellos dos en la otra.

- La cita en la clínica es mañana a las 10:00, hay que despertar temprano - informo Sasuke recargado en la pared, Sarada acostada en la cama solo asintió.

- Bueno, iremos abajo a comprar algo para cenar, no tardamos - dijo Sakura sacando casi a arrastras a su marido.

La habitación se quedó en silencio después de eso, ella giro de lado contrario al chico, el frunció su entrecejo.

- ¿En serio no me vas a hablar? - le pregunto un poco fastidiado, estaba llegando a su límite.
Ella no contesto, no quería.
- Vamos, para cojer se necesitan dos.

Vio a la chica levantarse rápidamente, seguido de eso sintió su mejilla caliente, lo había abofeteado.

- Tu no me dijiste que el condón estaba roto, no te lo perdonaré... - dió media vuelta decidida a salir del cuarto pero el la detuvo con algo que la hizo sentir escalofríos.

- ¿Te diste cuenta el día que te hiciste la prueba? - ella sin voltear a verlo asintió un poco confundida de a dónde quería llegar.
- No te embarazas de un día a otro, fue antes, supongo que no tienes más de tres semanas... Hace tres semanas fue la fiesta de Boruto... - se estaba acercando a la chica, ella solo escuchaba - Subimos por una cobija a su cuarto... Te bese, me correspondiste, me acerque a ti, te toque... Y... Me detuve - sentía su respiración en su nuca, estaba congelada.
- ¿Me quieres decir que paso después?

Flash back:

La música era fuerte, y la gente bailando hacia el ambiente ameno, Boruto sabia cómo hacer una fiesta.

Y ella podría quedarse todo el tiempo ahí, intercambiando miradas con el, Kawaki, que después de una vergonzosa caída en otra fiesta, lo siguió viendo en la universidad, y para su sorpresa, el le gustaba.

Era misterioso e inteligente, y sumamente atractivo.

Habían pasado cosas entre los dos que ahora recordarlo hacia temblar sus piernas y acelerar su corazón, simplemente conectaban muy bien en ese aspecto, parecían ser imanes, pero fuera de eso, eran extraños.

Ni si quiera Boruto, mejor amigo de ambos, lo sabía, todo era un secreto y por alguna razón eso le parecía increíblemente exitante.

Y a media noche, todos se habían ido, algunos otros estaban tendidos en el suelo, ellos, Boruto y más amigos cercanos platicaban en la sala, con cojines y cobijas viendo películas.

Boruto y su casi novio formal estaban besandose en uno de los sillones, Shikadai y Chocho compartían palomitas, Inojin estaba acostado en las piernas de Sumire, y Iwabe y Denki muy borrachos se encontraban durmiendo abrazados en el otro sillón.

Y ellos dos, de la forma más incómoda posible, estaban sentados juntos, más derechos que una columna y sin mirarse siquiera.

Estaba pensando en huir, mentir diciendo que se sentía mal o subir discretamente a dormir o simplemente a estar sola, y estaba apunto de hacerlo, pero su voz, su masculina y firme voz en su oído la hizo flaquear en un segundo.

- ¿Vamos por una cobija? El piso está congelado - volteo a su lugar y casi grito de lo avergonzada que estaba, la cobija que estaban compartiendo ahora solo era de ella, incluso se había tapado con ella, estaba tan concentrada en huir que no noto lo que hacía.

La vida no es tan mierda cuando estás aquí   (SasuSaku) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora