miércoles.

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-¿cómo te va con tu novio, spreen?

-¿m-mi qué?

-oh, por favor. no nos negarás que aún están solteros tú y juan, ¿o sí?- dijo shadoune abrazando a rubius por la espalda. rubén era pequeño a su lado, por lo que le gustaba hacer eso.

-dejen de decir tonterías- bufó el de lentes oscuros mientras se ganaba un par de risas por parte de los otros dos chicos.

-vamos, como si no te vieras en un futuro ya casado y con hijos a su lado- exageró la sombra, pero las mejillas de spreen se colorearon de rosa inmediatamente y desvió la mirada mientras le daba un trago a su café -¡oh, dios! ¡ya te imaginas casado y con hijos a su lado!-

bien, era tan solo un simple comentario tonto por parte de su amigo, pero lo ponía nervioso. nada especial.

-¿cuándo le dirás que te gusta?

-¡no me gusta!

-claro, spreen. lo que tu digas.

el timbre anunciando el fin del almuerzo sonó y los tres se levantaron de la banca tras despedirse.

las últimas tres clases de iván eran divertidas; salsas, chocolate y métodos de cocción por líquido. al terminar, solo quedaba una clase de el club de fotografía y podía ir libremente a ver a juan...

a ver a pelusa, sí, a pelusa.

tras pasar un par de horas por fin pudo salir de la escuela, e inmediatamente después de despedirse de sus amigos recibió una llamada. era juan.

-¿bueno?

-¡iván! ¿ya saliste de la escuela, cierto?

- sí, ¿estás bien, necesitas algo? creí que nos veríamos en...

-cambio de planes; necesito que me acompañes a la biblioteca que hay por mi casa, después podemos ir a el parque, ¿sí? solo será esta vez.

-umh, claro, pero... ¿enserio tienes que ir? ¿qué tus clases no son en línea?

-lo son, pero necesito un libro en específico y no lo hallé en internet. ¿podrías mirar a tu derecha?

confundido, spreen levantó la mirada de sus pies y observó hacia donde le fue indicado, viendo a juan plantado frente a un poste de luz, recargado mientras sostenía su teléfono. colgaron y el mayor se acercó a el contrario con una sonrisa.

-hola- se saludaron ambos.

-¿entonces...dónde queda la biblioteca?

-vamos.

juan entrelazó su mano con la de el mayor y sonriente comenzó a caminar como si nada mientras le platicaba a spreen como el internet de su casa se fue por unos segundos y el profesor no le permitió enviar la tarea ya que iba a destiempo. por su parte, spreen no pudo deshacerse de el color rosa inundando sus mejillas tras algo tan simple como tomarse de las manos.

las soleadas y solitarias calles de los barrios que atravesaban en busca de la biblioteca estaban siendo acompañadas por las risas de ambos chicos, eran felices uno junto al otro, eso hacía mágico cada momento que pasaban juntos.

juan se soltó de spreen y empezó a correr con la intención de que el mayor le alcanzara. iván por ende lo siguió jadeante y luego de un par de minutos se cansaron, por lo que decidieron sentarse recostarse en el pasto de un parque que estaba cerca. bajo los rayos de el sol, ambos sudaron, más no impidió que comenzaran a reír de nuevo.

-debo...hacer...ejercicio...- dijo spreen con la respiración entrecortada y se acomodó mejor en el césped.

-¡ni siquiera corrimos tanto!

-moriré por tu culpa- dramatizó el mayor.

-eres un anciano- se burló el menor.

tras descansar un poco, anduvieron por la calle unos minutos más y llegaron a la biblioteca.

juan dejó de prestarle completa atención a spreen ya que debía encontrar su libro, el mayor lo seguía a donde iba.

silencio.

no había más que silencio en aquel lugar, era relajante pero spreen se estaba aburriendo un poco. sacó de su mochila su cámara y le tomó un par de fotos a las flores que decoraban el lugar, más específicamente lirios.

y, ¿por qué no? un par de fotos a juan, quien lucía muy concentrado buscando entre pilas de libros el que buscaba, su rostro serio y su labio inferior siendo mordido levemente.

-lindo - murmuró iván antes de guardar su cámara y aprovechar a buscar algo interesante en aquel lugar.

musa ★ spruanWhere stories live. Discover now