Entre dos planetas / Neteyam Sully

Los Sully somos uno

Jake—Sácalas de aquí.

En cuanto Quaritch soltó a Kiri, tomé a Tuk y a Kiri por el brazo y me alejé, con Kiri tratando de persuadir a su madre para que nos acompañara. Pero Quaritch la desafió de manera amenazante.

Quaritch—Me debes una muerte.

Neytiri respondió con rabia contenida, lanzando un bufido mientras permitía que Kiri la alejara. Jake parecía dispuesto a unirse a nosotros, pero él volvió a hablar con una amenaza mortal.

Quaritch—¿No te vas o sí, Jake? Sabiendo que estoy ahí... sabiendo que jamás me detendré. Te voy a cazar y cuando lo haga destruiré a toda tu familia.

Jake se detuvo en seco, lo que preocupó a Kiri profundamente.

Kiri—¿Papá?

Pero Jake no podía dejar que las amenazas de Quaritch persistieran. Se lanzó contra él y una feroz pelea estalló, ambos luchando con ferocidad, cada uno determinado a poner fin a esta confrontación de una vez por todas.

Mientras tanto, un círculo de fuego se formó alrededor de la lancha, creando una barrera mortal. El padre de Agatha, quien yacía en la lancha, nos llamó apresuradamente.

Michael D— Vamos arriba, no nos podemos quedar aquí. Esto va a hundirse.

Neytiri apuntó su cuchillo hacia él, lista para atacar, pero me interpuse rápidamente.

Spider—¡Es el padre de Agatha! Es su papá.

Su expresión pareció mostrar comprensión, y bajó su arma.

Mientras tanto, Tuk estaba en peligro en medio de la corriente que se alejaba rápidamente.

Tuk—¡Mamá, no me sueltes!

Kiri se extendió hacia ella, y el soldado Davies intervino.

Michael D—¡Agárrense fuerte!

Tuk se soltó, y Neytiri no dudó en lanzarse tras ella. Era un momento de angustia, pero no podíamos quedarnos allí. Tomé a Kiri y la jalé, instándola a que siguiera adelante mientras dejábamos atrás la caótica escena.

Kiri—No, no podemos dejarlas ahí.

Miachel D—Yo iré, ¿de acuerdo? Vayan a la parte alta, los veremos después.

Kiri agradeció y seguimos adelante. Era una situación desgarradora, pero sabía que no podíamos quedarnos atrás.

(Michael Davies)

El agua tumultuosa me arrastraba después de sumergirme en un intento desesperado por alcanzar a las dos Na'vi. Rodé en la corriente, desorientado y luchando por mantenerme a flote en medio de la turbulencia. A pesar de la confusión, sabía que no podía rendirme. Tenía que encontrarlas y sacarlas de esa situación peligrosa.

Finalmente, logré equilibrarme y subir a la superficie. Mis ojos se posaron en la adulta, quienes estaban atrapadas cerca de una compuerta atascada, tratando de abrirse camino hacia la seguridad.

Michael—¡No, vengan por aquí! -les señalé unas escaleras que conducían a una pequeña ventana que llevaba a otra habitación.

Las tres subimos por las escaleras, y la mayor preguntó con urgencia —¿Hacia dónde?

Michael—Adelante, vamos. -Jalé a la niña mientras avanzábamos hacia la siguiente habitación.

Intenté abrir otra compuerta, pero la corriente violenta nos lo impedía. La valiente Na'vi a mi lado se unió a mis esfuerzos, y juntos finalmente logramos abrir la compuerta. Ambas lograron subir a salvo, y un sentimiento de alivio me inundó mientras veía que estaban bien.