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Después del aborto sin éxito, la pareja no habló del tema. Ambos llegaron a la casa de Chava, que por fin se había dignado a aparecer. Isabel entró tomada del brazo de Rafa, mientras veía como Hugo Sánchez se acercaba a ellos con varios collares hawaianos

— Hey, bienvenidos — tomó dos collares — bienvenidos, ¿Cómo están? — le colocó un collar a Rafael — hombre, que bonito se le ve. Se le ve muy bien

— Gracias, Hugo 

Hugo Sánchez tomó otro collar y se acercó a Isabel, pero esta no lo dejó que se acercara más.

— No, soy alérgica — él solo se rió

— No, no es que no son reales — le enseñó una flor — son de plástico

— Soy alérgica al plástico

Rafael solo se rió y avanzó junto a Isabel, dejando a Hugo Sánchez, hablando solo.

— Ay, me piso

— Goyo, ¿Te invitó? — preguntó Isabel al ex entrenador de Los Cuervos  — ¿A ti también? — el hombre alzó una invitación con temática hawaiana y Rafael hizo lo mismo

— Goyo

— ¿Qué pasó, Rafa? — se dieron la mano para saludarse

— ¡Amigos! — la voz de Chava se pudo escuchar y todos lo miraron. Estaba en el balcón de su habitación con una túnica blanca — familia. Aloha a todos y mahalo por venir

— Mahalo significa gracias y aloha, hola — explicó Hugo Sánchez

— También significa, adiós

— También, jefe

— Adiós, Hugo Sánchez

— Si eh — se excusó y se fue

— Una nube de negatividad cubrió el sol de  alegría que bañaba a Nuevo Toledo

Mientras Rafael escuchaba atento las tonterías de su cuñado, Isabel solo se pasaba las manos por el cabello y se preguntaba cómo ese pendejo, podía ser su hermano.

— Entre los celos, las envidias, las traiciones y la competencia, hundimos el gran barco que sostenía nuestra bandera nuevotoledana. También hundimos a nuestro amado equipo en la liga de ascenso. Algunos de ustedes se preguntarán, ¿Qué hago aquí? Bueno, estoy aquí para lamer las heridas que nos hicimos en el camino. Pero, sobre todo estoy aquí para ayudar a mi hermana, a que seas tú, la que devuelva la gracia a nuestros queridos cuervos

Todos le aplaudieron menos Isabel y Rafael y por fin bajó al jardín.

— Estas hermosas prendas, son batas ceremoniales — dio una vuelta — que los hawaianos ocupan para una ceremonia llamada ho'oponopono

— Ya — Isabel se abrió paso entre los demás — Entonces estuviste en Hawaii durante todo este tiempo y por eso no respondías nuestras llamadas. ¿O cómo?

— Isabel, lamento muchísimo haberte causado angustia y ansiedad, pero yo estaba dolido y lastimado también, pero ya estoy aquí. Cómo les decía: Mientras estaba en mi travesía de exploración

— En tu travesía, en Hawaii — interrumpió a su hermano

— No. En Ciudad de México. No entiendo por qué sigues tan clavada con Hawaii

Chava siguió diciendo tonterías mientras Hugo Sánchez empezaba a mover a todos los presentes.

— ¿Qué estás haciendo, Hugo Sánchez?

— Aquí, acomodandolos señor, por estatura, para que...

— Mira, eso es absolutamente innecesario. Por favor, deja de hacer eso. Deja de tocarlos, vete para atrás

Lo que hubiera sidoWhere stories live. Discover now