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Por fin era el momento de presentar la boda, después del paso de tres meses, por fin podía estar colocándome mi traje que mostraría a toda mi familia e invitados, pero notaba que me apretaba un poco de la parte baja aunque el chaleco me cubría, total, eran unas horas para después anunciar la noticia que tenía preparada.
—¡PAPÁ TE VES HERMOSO! —Hana estaba acompañándome en todo momento, era la que siempre me hacía sentir de la mejor manera posible.
—Gracias mi amor, ven —me agaché y extendí mis brazos, a lo que ella entendió muy rápido, dándome un fuerte abrazo.
—Papi se enamorara de ti otra vez —su sonrisa era tan bella.
—¿Eso crees? —asintió repetidas veces.
—Hasta yo me estoy enamorando de ti —Hinata apareció en el vestidor—. Si no estuvieras con el gruñón de Tsukishima te juro que hubiera salido contigo —dejó el ramo en una mesa que estaba cerca.
—¿Y que harías con Kageyama? —pregunté mientras acomodaba el vestido de mi hija.
—Buena pregunta, entonces no andaría contigo, serías el amante —todos en la sala reímos sin parar—. Pero, en serio, te ves hermoso —noté como sus ojos comenzaban a llenarse de lagrimas—. Se que este día lo has estando esperando durante algún tiempo y por fin hoy se hace realidad —me abrazó y con gusto yo lo correspondí.
—Gracias por estar conmigo todo este tiempo —mi hija se agrego al abrazo.
—Tío no llores, que me vas a hacer llorar —sus ojos también comenzaban a llenarse de lagrimas.
Limpie las pocas que lograron salir y acomode un poco su vestido verde que llevaba, en este instante una señorita entro diciéndonos que ya era hora de salir. Nerviosamente tome el ramo y salimos con camino al pasillo donde entraría a la iglesia, primero iría mi hija regando unos pétalos, después Hinata, Suwagara y Nishinoya, por último entraría luciendo mi traje de color blanco con un velo cubriéndome el rostro.
Al escuchar la música las puertas comenzaron a abrirse dándonos paso, observe a mis amigos de la preparatoria, algunos de la universidad y gente del trabajo, al igual que toda la familia, tanto por parte de Kei como mía. Pero cuando observe a la persona que más amo en este mundo mis ojos comenzaron a llenarse de lagrimas, me dio su mano y me acercó a él.
—Eres tan hermoso Tadashi —miré sus ojos y se desbordaban del cariño que me mostraba.
—Y tu no te quedas atrás Kei —iba a besarlo pero tendría que esperar hasta el final de la ceremonia.
El padre comenzó a hablar, nosotros dimos nuestros votos y la hora de ponernos lo anillos había llegado.
—Podrían traer los anillos de los esposos —el padre indicó.
