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Giraba de un lado a otro, sin poder conciliar el sueño, estaba completamente inquieto, desesperado, emocionado, tantas emociones que no podía explicarse el porqué de ellas. Se quedó viendo hacia el techo, con las manos sobre su abdomen, aún recordando aquella sonrisa que había visto, la más preciosa y sincera a su punto de vista, al imaginarla una sonrisa se le formó a él, sin quererlo ni pensarlo. Volvió a girarse, quedando su mirada esta vez a la ventana, escuchando solamente las gotas de lluvia golpetear el cristal. Los últimos días se la había pasado contento, sin razón alguna, o tal vez la había pero no quería dar explicaciones respecto a ello, sus padres y los empleados de la casa lo veían contento, y eso les gustaba, verlo brillar, como decía su padre.

Al día siguiente su padre lo invitó a que fueran a comprar ciertas cosas al centro comercial, él aceptó, se sentía abrumado de estar solamente en casa, quería despejarse, aprovechando el día ya que había salido un momento el sol después de largos días de lluvia y frío. La gente allá afuera sabía que pintaría ser bueno ya que tenían de visita al sol. Chang Kyun le dijo a su padre que él lo esperaría en el jardín que quedaba de frente al centro comercial, tanta gente lo ponía de malas, no le quedó más que aceptar, lo dejó ahí y él se adentró con el chofer. Chang Kyun los vio irse, quedándose sentado en una banca, en un cálido rayo de sol, alzó un poco su cara para que su piel tomara calor, cerró sus ojos quedándose así un momento, realmente se sentía bien tomar el sol luego de tantos días nublados.

—¡Hola!

Aquella voz le hizo perder su tranquilidad, de inmediato abrió los ojos y no esperaba ver a quien estaba frente suyo. Parpadeó un par de veces y su boca quedó semi abierta, mientras aquel solo le sonreía al irse acercando y se sentara a un lado suyo, él sentía que su corazón estaba palpitando demasiado rápido, pero no le quitó la mirada de encima. Giró su cuerpo de forma que quedara frente a frente con el otro.

—¿Cómo estás? —seguía sonriendo —me presento, soy Shin Ho Seok, mucho gusto —hizo una leve reverencia —¿cuál es tu nombre?

Chang Kyun no sabía cómo responder, no solía hablar con nadie, ni mucho menos entablar una conversación, en ese momento se sentía lleno de nerviosismo, estaba internamente colapsando, no se podía creer que aquel chico que le ha estado robando el sueño y causarle una felicidad inexplicable le estuviera dirigiendo la palabra. Ho Seok seguía en espera de una respuesta, pero este no se la daba, sonrió y se acomodó de frente, viendo hacia el centro comercial, mientras él presenciaba el hermoso perfil que tenía el mayor.

—Se que es difícil vivir en un mundo en donde no comprenden el autismo, yo tenía un tío que tenía esa enfermedad, murió joven, con tan sólo 38 años de edad —suspiró —no se casó, no tuvo hijos, la gente siempre lo trataba mal, era algo que no me gustaba, me hacía sentir triste —agachó su mirada —la gente es muy cerrada, y eso es muy frustrante —giró a verlo —nunca permitas que la gente te vea con lástima, o con indiferencia, no saben ni entienden su forma de pensar y de ver las cosas, son gente única y especial —volvió a sonreír y metió sus manos en los bolsillos de su chamarra —ojalá algún día tengas la confianza de hablar conmigo, me gustaría poder ayudarte como lo hice con mi tío, hasta el último día, me daría una satisfacción increíble —se puso de pie y nuevamente hizo una corta reverencia para despedirse —cuídate.

Le sonrió por última vez y se dio la vuelta para encaminarse a su destino.

—¿Es tu hermano? —esa voz lo detuvo y giró a verlo, un poco confundido —el doctor Lee Min Hyuk —aquel sonrió.

—Nos queremos como si fuésemos hermanos de sangre, pero debo decir que lo único que compartimos es la casa donde vivimos.

—Tienes un lindo nombre —sonreía mientras aún seguía sentado y con la mirada puesta en el otro, eso hizo que el mayor se ruborizara.

Losing You «WonKyun»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora