Los relatos del Diablo

Aprendizaje

Es reconfortante el ya no conformarme con cualquier cosa. El saber que tú ya no estás aquí para hacerme daño. Pero lo que me hace sentir insegura todavía es el hecho de que sigas existiendo. De que puedas contar todo lo que me hiciste y mofarte de mí con tus amigos. Sé que no debería importarme nada, pero me importa todo. Porque dependí tanto de ti que ya no sé qué hacer sola.

He aprendido que el amor no tiene que doler, pero también que el hecho de que duela no quiere decir que no te amen. Pueden amarte tanto que te asfixie, y sé que eso no es sano. Pero me gusta. Me gusta sentirme atrapada. Porque tú me acostumbrarme a ello. Porque tú me hiciste tanto daño que ahora estoy rota por dentro.
Hice todo para cambiar por ti. Ahora sé que no debí hacerlo, pero lo hice porque te amaba. Y te sigo amando. He aprendido mucho de ti, pero parece que no sé cómo usar esos conocimientos. Adquirí tu forma de amar, que aunque mala, fue mi único recurso en un momento en el que estaba sola. Y ahora, estoy sola otra vez. Y te echo más de menos que nunca. Pero, a la vez, deseo que no vuelvas más.