Capítulo 03 | Alianzas peligrosas

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Kapitel 03 — Farliga Allianser



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Junio 17, 2016

La falta de oxígeno me hace levantarme de la cama de golpe. El miedo en mi cuerpo es algo que no controlo. El corazón me late con demasiada fuerza y las lágrimas mantienen húmedas mis mejillas mientras respiro tan mal que solo puedo acunar mis rodillas contra mi pecho intentando calmarme. Intentando convencerme que solo era una pesadilla.

El impacto en la oscuridad me hace temblar y solo alcanzo a escuchar mi propio llanto. Intento controlar mi respiración, pero no lo consigo y solo lo empeoro cuando no consigo una respuesta.

No había una calma. Había escapado físicamente, pero mentalmente seguía siendo torturada. La rotura dentro de mí me impedía dar pasos nuevos sin que cayera y me esparciera en nuevos pedazos.

Cerrar los ojos era un martirio porque no había luz, ni siquiera cuándo no debía tener consciencia de nada.

Estaba herida, pero el dolor físico era nulo para el descontrol mental que mantenía.

—Inhala. —susurré sintiendo el vacío en la habitación gigantesca en la que estaba. No había nadie en quién apoyarme, no había nadie que pudiera ser mi muro. Nadie que pudiera sostenerme. Así que debía ser yo misma quién me salvara. —Y exhala, maldita sea.

Tenía los dedos tullidos mientras la cabeza me palpitaba con insistencia. La angustia no desaparecía ni siquiera cuándo las malditas pesadillas lograban hacerme caer una vez más.

Momentos. Espacios de tiempo en los que no tenía sentido nada más que el dolor que me abarcaba. Lapsos y escenarios que debía eliminar, o al menos, controlar, pero no podía y eso me enardecía.

El recuerdo de las torturas reemplaza las pesadillas vívidas que me carcomían y la ansiedad me hace lastimarme a mí misma en un intento vacío por sentir otra cosa que no sea el miedo porque, aunque cierro los ojos, no se van. Y yo no soy esto.

Me dejo caer nuevamente en la cama viendo la oscuridad de la habitación mientras el silencio comienza a hacerse presente. Cierro los ojos sintiendo el calor inexistente, el vapor, el fuego tocando mi piel y las ampollas armándose antes de ser explotadas y rociadas con alcohol. Inhalo y exhalo con las lágrimas cayendo por mis mejillas en completo silencio recordando los azotes, los cortes y los voltios.

Vivo nuevamente el asco, el miedo y la humillación mientras mi mente se aísla en esa celda, pudriéndome y perdiéndome entre miles de torturas más, pero entre tanto caos, el rostro de Lyzander aparece frente a mí.

El característico azul, el rostro masculino y la sonrisa amable y genuina con la que manipuló por años hasta llegar a dónde quiso.

Del todo, él no perdió. De hecho, podría decirse que incluso muerto, Lyzander ganó. Porque yo, estando viva, ya no soy yo.

—El lado positivo es que nadie puede ver el estado de mierda en el que estás. —mi voz fue audible apenas, la sequedad en mi garganta impedía que pudiera hablar con normalidad. —El negativo, es que sola... Eso no es negativo.

La oscuridad disminuye un poco cuando tomo el teléfono de la mesita. Mis ojos hinchados apenas enfocan, pero basta para que pueda moverme con libertad por el navegador y encuentre de mí más de lo que necesito.

El Juego de los Secretos (LJDUT  #2)Where stories live. Discover now