El amor se acaba - Luzu.

Capítulo 7

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La agonía y conmoción se encontraba dentro suyo causando destrozos en su pobre corazón. ¿Por qué era tan difícil ser feliz, tener calma? Las lágrimas no dejaban de salir mientras que sus manos como podían intentan refugiar su corazón de ese temor desgastante frente suyo.

Sus pasos retrocedieron hasta chocar con la pared y sus piernas fallaron drenando las fuerzas, nunca había pensado que caer en el frío suelo sería tan reconfortante. Aún así el miedo todavía habita dentro de él.

La casa está en oscuras, con apenas unos rayos que se cuelan sobre la habitación y a pesar de que la casa no es tan grande parece que la soledad lo consume como más tiempo pasa.

Las respiraciones son pesadas y desiguales, el oxígeno drenado.

Unas cuantas lágrimas salen de sus ojos, esos ojos rojos mientras que con pesar levanta su cara a una de las ventanas.

El mar.

Ese mar azulado precioso del cual dicen que es un efecto del cielo al ver su reflejo, un azul que ama. Necesita agua, necesita sentir aquella agua salada empapándolo para poder volver a sentirse.

Las respiraciones siguen siendo pesadas, de esas que solo desgastan sus pulmones. Sin embargo se enfoca en el agua, en las olas, en el viento, en el mar que tanto tiempo ha amado.

Poco a poco el temblor de sus manos se esfuma, como si nunca hubiese estado. Pero él solo mira el mar, aquel infinito universo con quien sueña con los ojos abiertos siempre.

Tal vez morir allí no sería tan malo.

Un fugaz pensamiento se aloja en su mente y con pesar se acerca a ese lugar tan reconfortante hasta quitarse los zapatos y quedar sentado en la orilla mirando el vasto mar.

El atardecer aparece al otro lado, colores naranjas y amarillos, demasiado calidos para su pobre corazón. Escucha pasos que decide ignorar mientras que atento mira el sol ocultándose, alguien se sienta a su lado haciendo antes el mismo proceso que él.

"No pensé que volverías tan pronto". Declaró sin regalar una sola mirada al contrario.

"Dijiste que podía venir cuando quisiera, ¿Qué haces aquí?". Contesta el otro y la pregunta lo hace sentir expuesto.

"Pensando en la muerte". Sonríe. "No mucho, ¿Haz tu pensado en morir? Yo si, he fantaseado tantas veces y me di cuenta de algo, quiero morir en el mar, quiero sentirme siendo con el agua uno mismo".

Y por fin vuelve a ver esos ojos casi negros del contrario el cual no dice nada.

"No me hagas mucho caso. Pero Roier. ¿Te puedo pedir un favor?" Roier con un poco de confusión asiente. "Si muero quiero que me traigas aquí. No quiero que lo jures o prometas solo miénteme y dime que lo harás, eso es suficiente."

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