Capítulo 34

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Pronto volvió en sí, no supo exactamente cuánto tiempo había pasado, se encontraba recostado en una cama de paja en una habitación que reconoció inmediatamente, abrió por completo sus ojos en un segundo, en la habitación estaban dos figuras poco reconocibles por su visión borrosa.

—¡Por fin despertó! —Se emocionó una de las dos presencias de la habitación, con una voz inmadura y suave.

Aún estaba desconcertado por todo lo ocurrido. Reconoció la voz de su mejor amigo Tails y la figura roja que reconoció como Knuckles.

—¡La guerra! ¡La batalla! —Se levantó de golpe, respirando rápido por lo ocurrido.

—Más lento Bowen, estás en Henry, la guerra se acabó —respondió calmándolo el rojo.

¿Henry? En qué momento lo habían traído de vuelta ¡¿Cuánto tiempo había estado inconsciente?!

—Debes estar confundido, ya pasó todo un día desde eso, te trajimos antes, los caballeros que están ahí ya deben de volver para la noche. —Se descruzó de brazos caminando hasta su cama.

—Será mejor que te prepares, nuestra majestad quería verte en cuanto despertaras.

—¿Nuestra Majestad? —preguntó desconcertado.

—Ya sabrás quién es.

—Pero antes de eso hay alguien más —dijo caminando hasta la puerta de hierro, abriéndola y dejando entrar al erizo mayor.

Reconoció esas púas con un color grisáceo y algunas blancas por la vejez, lo miró con vergüenza, casi encogiéndose de hombros, como explicarle a su padre todo lo sucedido.

—Papá... yo... eh —tartamudeo viendo cómo se acercaba a él con un rostro duro como piedra no dejando ver sus emociones.

Se paró en frente de él, mirándolo fijamente a los ojos. Sonic estaba listo para tratar de hablarle sobre todo, pero en menos de lo que se esperaba, el erizo mayor lo abrazó rápidamente antes de que pudiera decir algo.

—Me alegra mucho que estés bien. —De su rostro se dibujó una sonrisa.

El azulado se quedó atónito por su gesto, solo correspondió el abrazo con fuerza al verlo de nuevo.

—Lo siento mucho —se disculpó sintiendo nuevamente el sentimiento de culpa en su corazón.

—Lo sé, no es tu culpa —respondió comprensivamente, pareciese que lo sabía.

—Los extrañe en todo este tiempo.

Se despegaron del abrazo, ambos con las mejillas empapadas por las pocas lágrimas que trataron de contener. Tails y Knuckles se conmovieron de igual manera al ver el reencuentro de ambos.

El sonido de alguien tocando la puerta de hierro los distrajo del momento.

De la puerta ingresó una eriza joven, el color de sus púas era de agua marina y traía puesta una gran capa de terciopelo muy similar a la que solía llevar Scourge.

Ya la había visto un par de veces, era hija de la hermana desaparecida del rey, no salía mucho del castillo según lo que recordaba, tampoco se mostraba muy seguido al pueblo, haciendo como si su existencia fuera nula en el castillo de Henry.

—Sonic Bowen, ¿verdad? —preguntó acercándose a él.

Asintió con la cabeza algo confundido por su presencia, trató de hacer una reverencia desde la cama, puesto que aún no se recuperaba del todo de su pierna.

—Es un gusto por fin conocerte. —Extendió suano para un apretón, el cuál Sonic correspondió.

—Igualmente señorita Hannah.

A pesar de la guerra | SonamyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora