-A ver están listos?- pregunto una voz joven
-mas que nunca- respondió otra voz monótona pero que denotaba que era joven como el primero
-por supuesto- otra voz joven respondió.
-Pues es hora mis hermanos, de que nos liberemos de esta maldición- Exc...
Bueno al final ustedes ganaron, le hecho de la absurda cantidad de vistas de esta historia paródica tiene me gano, ustedes ganaron, aquí tienen el capítulo 2 de esta cosa, sin mucho más que decir comencemos.
▬ Los infortunios de EMIYA: Capitulo 2 ▬
― Muy bien estas lista― EMIYA pregunto a Jack quien asintió felizmente.
― ¡Si papa estoy más que lista!― Jack le aseguro al peli blanco con mucha energía.
Actualmente tanto "padre" como "hija" estaban vestido de manera casual en estos momentos, ya no portado sus ropajes de batalla como espíritus heroicos.
EMIYA actualmente vestía una camisa de botones gris la cual estaba abierta mostrando su camisa blanca sin mangas, junto con unos jeans de color negro azulado, junto con unos zapados que hacen juego con sus pantalones, sin olvidar mencionar que tiene el cabello hacia abajo como cuando era un adolescente estúpido (según palabras del propio EMIYA), y terminando el look con unos lentes.
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Mientras que Jack, vestía solo un camisón blanco de cuerpo completo de tirantes, medias que le llegaban por encima de la rodilla junto a unas zapatillas blancas, y para finalizar una boina negra en su blanca cabellera como la nieve.
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EMIYA tuvo una pequeña gota en la nuca ante la emoción de la niña ― Ok cálmate si solo vamos a comprar comestibles, no es que vamos a hacer algo súper emocionante― intento bajar la emoción de la joven, ya que en su punto de vista no era la gran cosa, era solo ir a comprar más provisiones para la cafetería.
― Si lo sé― Jack asintió ante las palabras del albino mayor ― ¡pero esta es la primera vez estoy yendo a una ciudad con papa de todas las personas y eso me hace muy feliz!― exclamo con una sonrisa radiante.
EMIYA solo suspiro, dudaba que por más que dijera cualquier cosa para bajar la extrema felicidad de la pequeña asesina de Londres funcionara.
El albino mayor se seguía preguntando porque la niña enfrente suyo le tenía tanta estima al punto de que si ella la ponían a elegir entre todos los servants para cuidarla o acompañarla él siempre era quien tenía el mayor porcentaje de ser elegido.
