Capitulo 3 la escuela de hechicería

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Unos minutos después...

Kuroko recobró el conocimiento algo adolorido y confundido, observó a los alrededores viendo que es solo una cueva del clan Nun muy grande.

La cueva es lo suficientemente grande como para que más de 12 autobuses pudieran estacionarse perfectamente, es 9 metros de altura, hay muchas telarañas y algunos bichos por la cueva, además de algunas pequeñas grietas y hoyos.

Luego, observó delante de él a un hombre con una fogata, tiene un largo cabello blanco y ligeramente plateado, con un cuerpo muy marcado y ligeramente musculoso, con una altura de 2 metros, un rostro angélico y calmado, con iris esmeralda en los ojos y una sonrisa gentil, vistiendo a un kimono que lo haría similar a un sacerdote.

—Vaya... recuperaste la consciencia muy rápido, realmente tienes el cuerpo perfecto...— Dijo el hombre calmado aún con la sonrisa gentil.

—Señor... quien eres?—

—Bueno, yo soy Hikari Nen, no soy japonés así que Nen es mi apellido... Soy un sacerdote y actualmente el ser más poderoso del mundo...— Respondió el hombre sin cambiar su rostro.

—Que pasó? Porque siento dolor?—

—Bueno, verás, eres el recipiente de Sukaki, diosa de las maldiciones, la ser más poderosa del mundo de todos los tiempos, bueno, lo fue, actualmente solo es más peligrosa y poderosa que un hechicero de grado especial de bajo nivel. Controló tu cuerpo cuando no estabas preparado mentalmente para mantenerla a raya y yo la obligué a que te devolviera el control, fue muy fácil vencerla, aunque no tiene ningún dedo bajo su poder...— Dijo el hombre dando un resumen.

—Espera... que?— Dijo Kuroko incrédulo.

—Pareces que entiendes la situación en la que estás... bueno, antes de seguir hablando... podrías presentarte?— Dijo Hikari con una sonrisa divertida.

Kuroko se avergonzó y se puso nervioso, por lo que procedió a presentarse.

—Nun Kuroko, conocido como la Mancha del clan Nun por no poseer energía maldita o la restricción celestial siquiera incompleta.— Dijo Kuroko como si fuera un soldado.

Hikari perdió por breves momentos su sonrisa, pero recuperó la compostura lo suficientemente rápido como para que Kuroko no lo notara.

—Bueno Kuroko... actualmente tienes una misión muy importante...— Dijo Hikari ya no teniendo una sonrisa calmada, en vez de eso, un poco de seriedad.

Kuroko prestó atención, Hikari suspiró un poco irritado.

—Verás, tienes que fortalecerte primero... luego tendremos que hacerte que comas hasta un máximo de 7 dedos... luego obligas a Sukaki que te controle para matarla y exorcizarla, en consecuencia, morirás en el proceso.— Dijo Hikari serio.

Kuroko puso una mirada triste y preguntó.

—Porque?—

—Si exorcizamos a Sukaki habiendo comido algunos dedos, su poder se debilitará de forma permanente, luego la siguiente generación tendrá el encargo de eso para debilitarla aún más, hasta que se quede sin dedos y le sea imposible reencarnar, matándola de forma definitiva, es imposible derrotarla con tantos dedos ya que es demasiado poderosa... y si, ella sabe de este plan de antemano desde que apenas su aparición cumplió 4 años.— Respondió Hikari serio aunque con una ligera tristeza compasiva.

Kuroko entendió esto y no podía culparlo, Sukaki con lo que investigó con las historias de sukuna y maki es una fuerza mayor a la naturaleza misma, se requieren mínimo 3 generaciones de matarla con dedos para poder matarla de forma definitiva, ella es cruel y despiadada y su sola existencia es una amenaza al mundo entero.

Diosa de las maldicionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora