CAPITULO 1

158 21 3
                                    


Nie Mingjue contempló a sus compañeros, encantado de que sus amigos de infancia no sólo se hubieran convertido en unos buenos esposos y padres, sino que además siguieran formando parte de su vida. La vida era impredecible continuaran a los treinta y pocos años compartiendo los fines de semana? «Escasas», pensó. Más que un grupo de amigos, parecían una familia hasta el punto de compartir unos guiños y unas experiencias que cualquier persona ajena al grupo sería incapaz de comprender por completo.

Perdido en sus pensamientos, Nie Mingjue no se había dado cuenta de que todos se habían quedado callados.

—¿Me he perdido algo?

—Te he preguntado si has hablado con Jin Guangyao últimamente —dijo Wen Qing, con un tono de voz que dejaba entrever que Nie Mingjue estaba en apuros.

Nie Mingjue pensó que sus amigos mostraban un interés excesivo en su vida amorosa. Lo malo de la gente casada era que creía que todo el mundo al que conocían debería casarse. Por consiguiente, cada persona con la que Nie Mingjue salía era irremediablemente sometida a una sutil evaluación sobre todo por parte de Wen Qing.

—No, últimamente no —contestó él.

—¿Por qué no? Si es muy simpático.

«Sí, y está desquiciado del todo», pensó Nie Mingjue, pero ésa era otra cuestión.

—Rompió conmigo, ¿recuerdas?

—¿Y qué? Eso no significa que no quiera que lo llames.

—Pensé que «eso» era ni más ni menos lo que significaba.

Wen Qing, Luo Qing yang y Xue Yang lo observaron fijamente, como si fuera un pobre pazguato. Sus tres amigos, como de costumbre, parecían estarlo pasando en grande. Su vida sentimental se había convertido en un tema recurrente en aquellas veladas.

—Pero se pelearon, ¿no?

—¿Y qué?

—¿No se te ha ocurrido pensar que igual el sólo rompió contigo porque estaba enfadado?

—Yo también estaba enfadado.

—¿Por qué?

—Porque quería convencerme para que fuera a ver a un terapeuta.

—Y... A ver si lo adivino... Tú le contestaste que no necesitabas ningún terapeuta.

—Mira, el día que aparezca con faldita de volantes y un gorrito con puntillas, entonces sí que necesitaré la ayuda de un terapeuta.

Xue Yang y Luo Qing yang se rieron a mandíbula batiente.

—¿Me estás diciendo que no crees que los hombres puedan necesitar la ayuda de un terapeuta?

—Sé que yo no la necesito.

—Pero en general...

—No soy un general..., así que no sé qué contestarte.

Wen Qing se recostó en la silla.

—Pues yo creo que Jin Guangyao reaccionó así por algún motivo. Si quieres conocer mi opinión, creo que tienes miedo a comprometerte formalmente con un chico.

—No te preocupes; no quiero tu opinión. Wen Qing se inclinó hacia delante.

—Veamos, ¿cuándo ha sido la vez que más has durado con un chico? ¿Dos meses? ¿Cuatro meses?

Nie Mingjue ponderó la pregunta.

—Salí con Zhu Yang casi un año.

—No creo que Wen Qing se esté refiriendo a los años en el instituto —intervino Luo Qing yang. A veces era obvio que a sus amigos les gustaba echar leña al fuego.

I CALL THIS LOVE (pausado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora