Inoportuno pt.2

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6:00 p.m

Viernes, 31 de octubre.

Las frías calles de Canadá se empezaban a llenar de cientos de personajes. Omegas, betas y Alfas de todas las edades, comenzaban a verse entre los árboles de hojas secas que adornaban la ciudad, complementando las "terroríficas" decoraciones de los departamentos y negocios de al rededor con calabazas alumbrando sus caminos, y fantasmas colgando de sus techos. Cientos de niños corriendo por doquier, tocando puertas ajenas y entonando el famoso "Trick or treat" en espera de llenar sus calabazas con montones de dulces.

Todo esto mientras la pequeña omeguita quien había esperado este día con tantas ansias, veía desde el gran ventanal de su habitación como todos disfrutaban de la noche de brujas, mientras ella deseaba poder estar allá afuera como todos los demás.

Cheryl entro a la habitación con el biberón de la niña en la mano, viéndola paradita frente a la ventana, acariciando con su dedito el frío cristal.

-Traje tu lechita amor, ¿Qué haces?.- pregunta mientras deja el biberón en la mesita de noche al lado de la cama.

Al no obtener respuesta de la omeguita ni verla moverse, se encamina hasta ella volteándola por su mejillita para hacer que la viese a los ojos. Desearía no haber hecho eso, pues encontró a la niña con un formado pucherito en sus labios y sus ojitos aguados, reteniendo las lágrimas que estaban prontas a escapar.

-Ven acá bebé, tranquila amor...- Dice con tristeza mientras levanta a la niña y la abraza.

Sintió como la niña se aferró a ella, la escuchó sollozar tan dolida que sintió pena por la pobre omeguita.

Si de por si el pre-celo la ponía bastante sensible, cuando le explicó que este año no podrían salir a pedir dulces, sintió como una ola de tristes feromonas que soltó la omeguita la golpearon en la cara. Todo sucedió en el momento más inoportuno.

Cerró las cortinas del ventanal y se encaminó a la cama, sentándose en una orilla sin soltar a la niña.

-Cariño, no llores bebé... no podemos salir con tu celo pisándonos los talones amor, es muy peligroso.- dice suave Cheryl, sobando la espaldita de la niña que tosía ahogándose con los sollozos.

-Y-yo qui-quiero p-pedir dulci-tos...- dijo en gimoteos la omeguita.

-Yo se bebé... Oye, la tía B dijo que podríamos hacer una pequeña fiesta de disfraces cuando tu celo acabe amor... La tía V se encargará de traer pizzita y mucha comida rica y el tío Jughead puede pintarte las uñitas de muchos colores, ¿Te gustaría eso cariño?... Halloween no es sólo hoy bebé, podemos festejarlo cuando sea amor y será igual o aún más divertido.- dice Cheryl animada mientras hace saltar a la niña en su regazo y le seca las lágrimas de su carita que brotan una tras otra.

La niña aún sollozante solo recarga su cabecita en el hombro de su alfa, restregando sus ojitos con sus manitas hechas puño sintiéndose cansada e incómoda.

La alfa la arrulla, trazando círculos imaginarios en su espaldita, sintiéndola poco a poco dejar de sollozar. Ahora solo veía los leves espasmos que daba su cuerpecito.

Se levantó y la acomodó en la cama, viendo a la niña parpadear lentamente con sus ojitos hinchados y llorosos, su naricita roja y su manita llena de saliva por estarla mordiendo suavecito.

Se volvió a sentar a un lado de la niña mientras le levantaba la camisita y masajeaba su pancita. Sabía que le dolía pues constantemente apretaba sus manitas sobre la camisa en esa parte. Aún no podía hacer nada para aliviar su calor pues en vez de ayudarla solo haría que las olas de calor llegaran más fuertes.

𝑉𝑎𝑖𝑛𝑖𝑙𝑙𝑎 𝑀𝑖𝑙𝑘 || ᵃᵈᵃᵖᵗᵃᶜⁱᵒ́ⁿ ᶜʰᵒⁿⁱWhere stories live. Discover now