Relatos del servidor

Wandelkin

Los Wandelkin, cuyo nombre se deriva de las palabras alemanas "Wandel" (cambio) y "Kinder" (niños), son seres misteriosos y cambiantes. Su forma física no tiene una apariencia fija, ya que pueden transformarse a voluntad en diferentes seres, tanto humanos como animales. Sin embargo, cuando se encuentran en su forma verdadera, emiten un sonido único y etéreo, un susurro melodioso que solo puede ser escuchado cuando no tienen una forma concreta.

Estos seres tienen la capacidad de tocar a otros seres y adquirir sus recuerdos y conocimientos. A través del contacto físico, absorben la esencia de aquellos que encuentran en su camino, obteniendo una comprensión profunda de su ser y experiencias pasadas. Sin embargo, esta habilidad tiene sus límites, ya que solo pueden imitar las habilidades de otros seres o criaturas sobrenaturales en pequeña medida, sin alcanzar plenamente su potencial.

En cuanto a su apariencia física, los Wandelkin son etéreos y enigmáticos. Su forma real es difusa, una masa de energía luminosa y en constante cambio. Cuando adoptan una forma humana, su piel parece estar impregnada de luz, y sus ojos brillan con una intensidad cautivadora. Cuando asumen la forma de animales, su pelaje o plumaje emana un brillo sutil, y sus ojos resplandecen con una inteligencia y sabiduría inusual.

Además de su capacidad de transformación, los Wandelkin poseen una resistencia sobrehumana. Son capaces de soportar heridas y enfermedades que serían mortales para otros seres. Su cuerpo se adapta rápidamente a las condiciones extremas y se regenera a una velocidad impresionante. Esta resistencia les permite sobrevivir en situaciones peligrosas y enfrentar desafíos que superan las capacidades de la mayoría.

Los Wandelkin, debido a su naturaleza cambiante y su capacidad para adquirir conocimientos y habilidades, son seres solitarios. Son guardianes de los secretos y las historias que han recopilado a lo largo de su existencia. Su propósito en el mundo es incierto, pero su presencia es un recordatorio constante de la transformación que existe en el universo.