capítulo 29

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Elena

Los días pasaron muy rápido estábamos a 1 día de la boda y yo no quería casarme con Volvok, de ninguna manera, estar ligada a ese tipo me daba pánico y lo peor de todo es que no era persona común si no un completo asesino y mafioso y ahora que ya no estaban mis padres ni mi hermano me sentía aún más sola en el mundo, más vulnerable a todos sus caprichos.

No quise salir de mi habitación casi todo el día estaba prácticamente apanicada, mi estómago estaba revuelto y me había dado un ataque de ansiedad de esos que me duraban hasta semanas en desaparecer.

Tocaron a la puerta era Tyler con una enorme caja blanca y una más pequeña , imagine que era.

-- aquí esta el vestido si quieres verlo y los zapatos --

Yo miré las cajas sin expresión.

-- pero que entusiasmo traes Elena, te guste o no nos vamos a casar mañana, ya está decidido y por un berrinche tuyo no voy a cancelar la boda --

-- prefiero morirme que estar al lado de un tipo como tú -- me giré para no verlo a la cara.

Sus ojos estaban llenos de ira contenida lo podía ver sentir embargo no hizo nada.

-- Mocosa estúpida, nadie va a venir a salvarte, ¡NADIE! Y escúchame bien, si crees que ese coreano imbécil lo hará estás completamente loca porque si llega a poner en un pie en esta casa mañana, sólo vas a ver su cadáver enterrado en mi jardín para que ahora si tengas motivos para odiarme -- dicho eso se fue azotando la puerta.

-- ¡No te atrevas a lastimar a Hoseok de nuevo, me oíste Volvok! -- le grité y espero que me haya escuchado

Yo comencé a llorar amargamente, algo dentro de mi pedía ayuda a gritos para que Wonho viniera por mi y me sacara de esta cárcel pero por otro lado temía por su vida ya que Tyler era un asesino despiadado sin corazón y sabía que cuando decía las cosas las hacía.
Así que más me valía cumplir con sus órdenes y no hacer más alboroto, ya nada me podía salvar de la miserable vida que me esperaba a su lado.

Tyler

-- ¡No te atrevas a lastimar a Hoseok de nuevo, me oíste Volvok! -- me gritó cabreada.

Esas palabras retumbaron en mis oídos una y otra vez haciéndome enfurecer bastante odiaba el hecho de que siguiera enamorada del pendejo ese ojos jalados, me hervía la sangre el sólo pensar el que le pusiera una mano encima o imaginarlos juntos en la cama me hacia cabrear al punto de volverme loco de celos.

Tiré las cosas de mi escritorio de coraje, saqué un paquetito de cocaína lo vertie en una charolita y e inhale 4 caladas, quería olvidarme por un rato de ese asiático imbécil, me recoste en mi asiento y me dejé llevar por los efectos de la droga, luego bebí un poco de alcohol, amaba el sabor de Vodka mezclado con mi droga favorita, me serví un vaso, luego otro, otro y otro sin darme cuenta casi me había acabado la botella.

Ahora me sentía excitado y mucho mi miembro se puso duro e imaginé a Elena cogiendomela empecé a tocarme por encima de mi pantalón quería sacarme la verga y masturbarme pero decidi ir con ella para complacerme, quería follarmela, la necesitaba, tenía muchos días sin tocarla desde aquella noche que anunciamos el compromiso.
Entré y no la haye en su cama, fui directamente al baño y ahí estaba en la ducha bañándose, recargada en la pared de cristal dejando que el agua le cayera por su bien formado cuerpo, me quedé embelesado con su belleza, caminé hasta allá y abrí la puerta de golpe ella me miró asustada y se alejó pero yo la atraje hasta mi tomándola del cuello para besarla con pasión sin embargo ella me alejó.

-- ¿qué haces? ¡aléjate! ¡Quiero estar sola, sal por favor! -- se cubrió los pechos con sus manos.

-- No me iré -- la tomé del cuello de nuevo de forma brusca atrayendola hacia mi para besarla -- No sabes como te deseo ... Elena -- me empujó con asco.

YO SOY TU AMOOnde histórias criam vida. Descubra agora