❝ quinto capítulo ❞

485 55 2
                                    

- Anda, Ale, Prueba algo, no te veo comer y tampoco lo haré yo si sigues así.

- Pero preparé el almuerzo para ti.

- Si no me acompañas tal y como dijiste en el mensaje, pues también me resignaré a probar el delicioso estofado.

- Es tu platillo favorito.

- A veces hay sacrificios que uno tiene que hacer. - se encogió de hombros.

- Tonto. - balbuceo, entre conmovido y molesto por la actitud tan dulce de su mejor amigo. Era demasiado encantador que parecia ser algo actuado, mas luego se puso a pensar mejor, regañándose ante la idea equivocada que tenía sobre el menor. Lukas era un alfa atento, cordial, coqueto y amoroso por naturaleza.

Tal vez por ser su amigo tenía un alto beneficio de ser tratado de esa manera. No obstante, su mente se revolvió ante otra idea repentina. ¿Qué pasaría si Lukas conocía a alguien más que llegue a enamorarlo? ¿Lo dejaría de lado? ¿Ya no habría mimos, palabras de apoyo y abrazos melosos que fingía no querer pero que en realidad le encantaba?

Vaya, el día en que Urkijo conociera a un o una bonita omega, tenía que alistarse para cualquier cosa. Después de todo, no estarían juntos para siempre.

- ¿Y ahora en qué piensas?

- Nada interesante. - restó importancia, abriendo la puerta de la recámara para finalmente salir con dirección a la cocina.

- A veces me gustaría saberlo. - Respondió, yendo rápidamente detrás de él para encerrarlo en otro suave abrazo por la cintura. Ambos caminando con comodidad porque Alex no se opuso. El estado de desanimo y tristeza parecia descender gracias al alfa y su aroma.

- Podría permanecer justo aquí. ¿Sabes? - murmuró, paseando su nariz por la curvatura del cuello blanquecino, totalmente inconsciente de la intensidad de sus acciones.

Si bien el omega era conocedor de lo cariñoso que su mejor amigo suele ser, estaba vez se sentía un tanto inquieto. La cercanía era mucha, sintió que el beso fue muy intimo en un lugar tan importante como lo era donde iba su glándula de aroma y en el que algún día iría una marca especial para él.

- Oye, como que ganaste mucha confianza. ¿No?

Tomó las manos del alfa y las alejó de su cuerpo. Pasando por la isla de la cocina para empezar a servir el almuerzo.

Lukas abrió los ojos algo temeroso, no podia controlarse cuando nuevamente estaba teniendo a Alex en casa, sin ningún estúpido alfa de por medio.

La situación cayó en un silencio, al parecer el castaño lo dejó pasar. Como casi siempre hacía cuando Lukas se excedía tan solo un poco, no tenía porqué exagerar las cosas.

- Trae las copas y los otros tazones, Lukitas. - fue lo único que dijo para rodearlo con un plato en cada mano.

Para cuando ambos quedaron al lado del otro, el alfa decidió servir el vino mientras Alex le pasaba sus palillos.

Lukas dio el primer bocado con la mirada expectante del otro sobre él. Cerró sus ojos y gimio gustosa ante la sazón acariciando sus papilas gustativas. - Dios, esto es exquisito.

Alex sonrió más que satisfecho, cogiendo un poco de arroz para llevarlo a su boca.

- ¿Cómo le haces para cocinar asi de perfecto? Juro no haber probado algo que pueda siquiera compararse a tus platillos. - habló rápidamente, sus mejillas llenas lo hacían ver adorable.

- Primero traga eso, simio maleducado.

Lukas obedeció, limpiando la comisura de su labio inferior con la manga de su suéter.

¡Embarazado de mi mejor amigo! | ➤ C.LWhere stories live. Discover now