Cap. 3 Lujuria

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Kerori había regresado a su agencia después de aquella fiesta en el palacio, aún no podía creer que Azzmodeus Alice se hubiese ido, le había dicho a Iruma que hablaría con algunos de sus colegas, pero no sería una tarea sencilla, ellos no daban nada gratis y ella lo sabía, si no podía obtener las cosas como Kuromu quizá jugaría como Kerori, pensaba en cómo enfrentar la situación cuando se cruzó por el comedor de la agencia, algunas novatas hablaban animadamente.

- ¡Lo juro! hay una demonio que debutara dentro de poco- - ¿Cómo estas tan segura? - -He hablado con otras akuidols de otras agencias, se dice que derrocara a Kuromu- - ¡Noo! ¿Enserio? eso sería épico -las pequeñas risas entre las chicas se escuchó un poco más fuerte que el resto de la conversación. Kerori estaba petrificada ¿Una nueva akuidol que la derrocaría? eso era ridículo, ella era ¡Kuromu!, el asunto de Azzmodeus pasaría a segundo plano ahora en ese instante solo quería la cabeza de esa novata, haría que se arrepintiera tan siquiera de pensar en ser una akuidol.

Tan pronto reacciono llamo a su manager habría que reajustar algunos detalles para continuar con la gira.

Ix Elizabetta no había destacado por su inteligencia en sus años escolares, más bien se le conocía por haber sido demasiado apasionada y tener tantos chicos a su alrededor, cuando se graduó no imagino que entraría en el negocio de las súcubos, inc...

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Ix Elizabetta no había destacado por su inteligencia en sus años escolares, más bien se le conocía por haber sido demasiado apasionada y tener tantos chicos a su alrededor, cuando se graduó no imagino que entraría en el negocio de las súcubos, incluso no duro tanto en el negocio, ella no podía dedicarse a complacer a todos, ella quería el amor de todos, creo una gran franquicia de súcubos e íncubos, haría que todos le entregaran su amor tanto aquellos que trabajarían para ella como todo aquel que entrara a sus dominios, había aprendido grandes cosas de Raim y pondría todas y cada una en práctica, así había sido en esos últimos años, no había demonio que no deseara a Elizabetta a tan solo verla, pero esos últimos días algo estaba pasando en sus dominios, se decía que había una súcubo que igualaba a Eliza, más que sentir celos sentía curiosidad, ¿cómo sería aquella demonio? se preocuparía por ella o por conocerla más tarde, ahora había otro asunto que tenía en mente, obtendría tanta información fuera posible de cierto demonio de cabellos rosados, su primer "víctima" sería cierto cliente peculiar, le había enviado una invitación a Baal, sabía que estaba resentido de haber perdido su lugar en las trece coronas, pero no le había extrañado que el aceptara su invitación a cenar, había preparado un escenario perfecto sólo era cuestión de que él se entregará, vio llegar al demonio de cabellos rubios, seguía idéntico a la última vez que lo había visto, la guerra por el poder no parecía haberle cambiando.

-¿Qué es lo que tuvo que haber pasado para que una de las favoritas de la corona me llamara?- desbordaba arrogancia y esperaba total respeto de parte de la rubia -Te encuentras a la defensiva Baal- Eliza se levantó del sofá en el que había estado esperando, se acercó un poco a él contorneado sus caderas -vamos, solo es una cena amistosa- él apenas olió su perfume le siguió embelesado hasta la mesa, con el solo caminar de ella se volvía vulnerable, ahora entendía porque durante la guerra muchos habían desertado por una demonesa, se notaba que era estudiante de Raim. Ella igual podía encantar a los hombres con gran facilidad, pero jamás al grado de Amaryllis Azzmodeus ella era diferente, todo en ella era simplemente perfecto y desbordaba pasión, lujuria y total elegancia con solo respirar; pensó en ella y su boca habló por si sola - ¿Alguna vez has pensado en superar a Amaryllis? Podrías superarla tal vez-, los elogios nunca habían faltado para ella, pero nunca la habían puesto a la altura de Amaryllis -Me sorprende más que su hijo resultara ser solamente el perro del nieto de Sullivan-, y ahí estaba su primera oportunidad de Elizabetta.

Capriccio Di AmoreWhere stories live. Discover now