Nueve

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2 de marzo de 2024.

JeNo se levantó con un extraño presentimiento ese día.

Era como tener el sentimiento de perdida otra vez.

No quería tener que estar paranoico por horas, asi que atribuyó todo a que soñó con su esposo.
Además de que aún no se recuperaba de esa alucinación tan hermosa donde por un instante pudo verlo a través del mar de gente.

Suspirando se preparó para un nuevo día en el trabajo.

Se arregló y arregló a los niños, poniendo un abrigo más grande a su pequeña solo por si las dudas.

Salieron un poco más temprano que de costumbre, asi que JeNo pudo llevarlos hasta la entrada del kinder.

Siguió después su camino hasta llegar al hospital. Ahí siguió su rutina de colocarse su bata y sus lentes de armazón que su esposo algún día le dijo que lo hacían lucir más inteligente.

Era gracioso como cada pequeña acción lo hacia llevar sus pensamientos hacia ese pequeño rubiecito que tanto le encantaba.

Si el café le quedaba muy cargado le recordaba que a su marido le encantaba el café extra cargado y sin azúcar, si no encontraba alguna de sus camisas en el armario recordaba como a su marido le encantaba ponérselas cuando su ropa dejó de quedarle debido al embarazo, si sus hijos pronunciaban mal la letra R recordaba como su marido se atoraba al decir algunas palabras con esa letra en específico... al final todo en su mundo terminaba llegando a él.

El tiempo en su corazón sigue congelado o tal vez hechizado por el amor tan profundo que le tiene.
Siempre será él. Esté o no esté, solo es él.

Y no es que fuera un obsesionado dependiente enfermizo.
Él sabía que podía seguir con su vida, conocer más personas y sanar.
Pero era su decisión sanar y seguir amándolo, esperando hasta el día en que puedan volver a encontrarse.

En fin, sus reflexiones se interrumpieron cuando Lee TaeYong entró a su oficina con su traje quirúrgico.

—Andando, Lee menor. Tienes una cirugía para hoy.

—¿Q-qué? N-no señor. Debe estar confundiendo los nombres, yo no soy apto para realizar una cirugía. Puede consultarlo con el doctor Mark.

—Mark no te va a salvar esta vez. Ya habíamos hablado de esto en el comité disciplinario, debes volver a operar. Tienes 15 minutos para estar en la sala de cirugía.

Y sin darle más oportunidades de poderse oponer o refutar, el doctor salió del consultorio con su semblante serio.

JeNo se sostuvo un momento las sienes y sin más se levantó de la silla.

Hoy era el día de continuar con su vida.

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