UN RAMO PARA FUMAR [Bellamione]

14)

El estrépito de la puerta no molestó tanto a Hermione como antes. La ira de Bellatrix se había convertido en su nueva normalidad, la única estimulación que experimentaba en el día, y una parte de ella estaba agradecida por el contacto humano, incluso si ese contacto no era ideal. Todo lo que hizo fue darse la vuelta, entrecerrando los ojos hacia la luz, oscurecida rápidamente por un cuerpo. Un peso se asentó sobre sus caderas con el golpe de la puerta.

"¿Qué?" Su voz sonaba ronca e insegura.

Sus manos agarraron el peso encima de ella, enterrándolo en faldas hechas de seda. Sus dedos se apretaron en la tela, su cerebro tratando de ponerse al día con su realidad. Sintió el peso asentarse, dedos cálidos agarrando su barbilla. Su cabeza estaba girada hasta que ella estaba mirando hacia arriba.

Canela y humo la envolvieron en un abrazo reconfortante. Respiró profundamente, manteniéndolo en sus pulmones por un momento más. Le dio un vuelco el estómago, como zambullirse en una escoba. Hasta que los cálidos dedos se clavaron, las uñas sangrando.

El cabello largo y oscuro caía como cortinas alrededor de ellos, los ojos oscuros se clavaban en los suyos. Bellatrix se llevó los dedos a la boca, lamiendo las gotas de sangre de su piel. Hermione se sonrojó, tratando de salir de debajo de la mujer mayor. Ella se rió, una de sus manos presionando el pecho de Hermione, manteniéndola inmovilizada en el suelo.

"Buenas noches, Muddy", dijo.

Se inclinó, su aliento rozando el rostro de Hermione, el fuerte olor a whisky de fuego. Luchó contra el agarre de la otra mujer, su corazón latía fuerte y rápido en sus oídos. La bruja oscura se acercó aún más, el calor de su cuerpo se filtró en el de Hermione, haciéndola temblar. Ella se rió de nuevo, las suaves cortinas de ella rozaron la piel de la mejilla de la joven. Ella se estremeció, haciendo que la mujer mayor se lanzara hacia adelante, sus labios rozando la oreja.

"¿Ningún saludo a cambio, mascota?"

Sus dientes se cerraron sobre el lóbulo de la oreja de Hermione, aguantando. Estaba sorprendida por la forma en que su corazón tartamudeaba, el calor que crecía debajo de su piel, la forma en que sus dedos apretaban la falda de su vestido. Su respiración se sentía pesada y no podía mirar a los ojos de la bruja oscura cuando retrocedió, con una sonrisa satisfecha en sus labios.

"¿Aún nada?"

La diversión en su voz envió escalofríos a través de su cuerpo. Conocía ese tono, sabía que solo terminaría en su dolor y humillación. Se retorció, tratando de escapar, pero sus rodillas se clavaron en sus costados, manteniéndola en su lugar. Ella dejó escapar un chillido.

"Tal vez necesito forzarte", murmuró la bruja oscura.

Su mano se deslizó hacia un lado, ya no presionando contra su pecho, suavizándose mientras tomaba uno de los senos de Hermione. El fuego de la lujuria llenó sus venas, rápidamente ahuyentado por el frío de la humillación. Se mordió el labio inferior, apartando la cabeza de la bruja que amasaba su pecho. Los suaves labios presionaron sus mejillas, recordando tanto un beso anterior, solo que esta vez se demoró, lo suficiente para que el embriagador aroma de la canela la hiciera dejar escapar un ruido involuntario en la parte posterior de su garganta.

Una risa baja en su oído y un golpe de un pulgar sobre su pezón hicieron que su espalda se arqueara ante el toque en contra de su voluntad. Apretó la mandíbula, apartando la cabeza de la bruja oscura, odiando la respuesta de su cuerpo a su toque. El peso sobre ella comenzó a sentirse opresivo, ya no era cómodo. Las rodillas se clavaron en su costado, lo suficientemente fuerte como para dejar más moretones en su piel pálida.

Largos dedos agarraron su barbilla, girando su cabeza, obligándola a mirar a los ojos oscuros mientras los dedos pellizcaban su pezón. La sacudida de calor que disparó entre sus piernas la hizo gemir, una sensación a la que no estaba acostumbrada. La sonrisa lobuna hizo que la bruja oscura fuera menos atractiva. Ella se estremeció, sintiendo algo bien en su pecho. Ella dejó escapar un suspiro tembloroso.