Capítulo VIII

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POV Terry

Candy y Eleonor, se encuentran tomando el té en la sala, cuando llego hacia ellas. Tomo la mano de Candy para que se levante y pueda abrazarla efusivamente.

- ¡Terry que pasa! - Candy sonríe, sorprendida por mi actitud.

- ¡Pecosa somos libres!, ¡Susana me ha dejado en libertad! -

- ¿Cómo? – Pregunta Candy, separándose de mi abrazo, para verme a la cara.

- Como lo escuchas pecosa, ya no tienes que sentir culpa por ella.

- Pero ¿Qué fue lo que pasó Terry? - Pregunta mi madre sonriendo.

Tomo asiento muy cerca de Candy, sin soltar su mano, y les cuento a detalle lo ocurrido, en casa de Susana.

Quedan sorprendidas al igual que yo, pero satisfechas por cómo se solucionaron las cosas con las Marlow. Están felices de que Susana al fin comprendiera que no podría atarme a ella sin amor.

Un rato después de seguir charlando deseaba quedarme a solas con Candy, pero mi madre es bastante intuitiva, e hizo que Candy se retirara con ella, para descansar.

No me queda más remedio que guardar las ansias que siento por hacer mía a esa bella pecosa. Me dirijo a buscar mi piano, que está tarde, la mudanza, lo instaló en casa de mi madre y me decido a tocarlo. La música siempre me ha tranquilizado, y ahora más, estoy feliz. Solo me hace falta volver a los escenarios y demostrar que Terrence Graham, ha renacido.

Al día siguiente, me presento en el teatro muy temprano, es día de audiciones. Mi audición sería de un papel secundario, pero no me importa. Si quiero volver a ganarme la confianza del público, tengo que empezar desde cero.

De pronto escucho los gritos de Robert:

- ¿Cómo es que Mark no se presentó? Era el que cumplía con el perfil para interpretar a Hamlet.

- No señor, parece que está algo indispuesto. Algo así como gripe, pero de mayor riesgo. -Contesta uno de los trabajadores de Robert.

- ¿Y ahora a quien elegiré? - Me es difícil, volver a seleccionar de nuevo a un actor, para ese papel y reacomodar los personajes- Robert se escucha bastante preocupado.

- ¡Yo puedo hacerlo Robert! - Me paro frente a él, sin titubeos.

-Hazme la audición y si no quedas conforme, yo lo entenderé. Hamlet es una de mis obras favoritas, y conozco la mayoría de los diálogos, ponme a prueba, nada perdemos- Quiero demostrarle que puede confiar en mí.

Robert duda, ya me ha planteado, que no quiere exponerse de nuevo a las críticas. Mi última actuación fue un fracaso y no desea volver a pasar por lo mismo.

Después de analizar bien la situación, Robert dudoso, me da la oportunidad de hacer la audición.

Me paro frente al escenario, y recito mis diálogos a la perfección. Me adentro tanto en el papel, que mis compañeros aplauden al terminar mi ensayo.

Robert no dice nada, solo me mira seriamente. Su actitud me da a entender que no se arriesgará a darme el papel. Sin decir nada, doy vuelta para retirarme, antes de escuchar su rechazo.

- ¡Terry! - Me llama Robert antes de que me retire. – ¡El papel es tuyo! Solo una cosa te advierto, a la primera falla, quedas fuera y ya no habrá otra oportunidad.

- Entiendo Robert, gracias por confiar de nuevo en mi- Extiendo mi mano, para agradecerle.

- No me des las gracias aún, ya que esto sigue siendo una prueba. - Aprieta mi mano y la suelta rápidamente.

- ¡Vamos los que siguen! Ya tenemos a nuestro Hamlet, pero aún falta seleccionar a la demás parte del elenco. - Grita Robert a todos mis compañeros, que se habían quedados estáticos con mi actuación.

-Ah y Terry -Prosigue Robert -Buscaré a otra persona, que esté listo para suplirte, en caso de que las cosas no funcionen contigo. No puedo volverme arriesgar. Y quiero la mayor disposición de tu parte. Serán tres meses de ensayo, antes de estrenar la obra, no hagas ningún compromiso.

- ¿Cuándo empiezan los ensayos? - Pregunto, había quedado con mi pecosa en acompañarla a Chicago y no quería dejarla ir sola.

- La próxima semana ¡Te quiero aquí el lunes, a las 7:00 am, puntual y sin pretextos!

Era martes, tenía unos días para ir a Chicago y estar de vuelta a tiempo.

- ¡Perfecto, aquí estaré! Y una vez más ¡Gracias Robert! -

Al girarme, me topo con Karen Kleis. Está ahí para audicionar en el papel de Ofelia, pareja de Hamlet.

Karen me abraza y me susurra al oído que le alegra tenerme de vuelta y que está segura de conseguir el papel de Ofelia. Por lo que le hace muy feliz, tenerme como su pareja actoral.

Le contesto que, confío en que así sea. Tenerla a ella como compañera me alegra bastante. Karen, es una persona agradable y muy profesional.

Me quedo un rato más, para ver la audición de mis demás compañeros. Realmente todos lo hacen muy bien y confío que entre todos lograremos que esta obra sea un gran éxito y de eso me encargaba yo. Pondría todo de mi parte, para ganarme de nuevo la admiración del público.

¿Quién soy sin ti?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora