Siendo, torturado y condenado a muerte de una manera injusta, dónde el cuerpo del héroe de las facciones esta sin vida en una celda sucia y abandonada, un ser que escapa de toda la comprensión decide jugar, tomando una alma de una dimensión diferen...
Al encontrarme en la cueva procedí a observar mi mano izquierda y me preguntaba por que todavía tenía está mano siendo una de las primeras torturas cuando me encontraba encerrado fue cortarme la mano como acto de burla al ser el ex-sekiryuutei
Issei: Debería ser imposible que pueda tener está mano, también las otras heridas solo están como cicatrices - mencionaba para el mismo tocando cada cicatriz
Me acerque a una de las paredes de la cueva para recostarme y poder dormir lo que quedaba de la noche
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Pov narrador
Mientras nuestro protagonista se encontraba dormido empezó a escuchar una voz que se encontraba susurrando su nombre de manera repentina se levantó observando que se encontraba en un lugar que no conocía estaba enmedio de un camino de espeso bosque lo particular es que del lado izquierdo las hojas son moradas junto con la madera podrida y del lado derecho se encontraban los árboles con hojas de un color rojo la madera era grisasea
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Pov Issei
Iba a seguir admirando los árboles tan curiosos y a la vez tan raros pero volvi a escuchar como alguien decía mi nombre entre susurros que venían del camino en el que estoy parado
Yo estaba dudando en seguir por el camino pero de manera instintiva comencé a caminar, mientras más me adentraba en el bosque los susurros se hacían más fuertes y recurrentes, mientras llegaba al final una silueta se comenzaba a ser visible y los susurros desaparecieron
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{Imagínense que es la Zenith}
Una espada incrustada en unas piedras apareció delante de mi cuando la observé me parecía familiar. Cuando estuve al frente de esta espada mi percepción cambio el lugar se sentía irreal e ilógico pero me acerqué más para inspeccionar, entonces la sujete con las dos manos e intenté sacarla aplicando toda mi fuerza logrando sacarla del agarre de las piedras, al sostenerla con las dos manos
