VII

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CAPITULO 7- HORROR VACCUI

Su dulce sonrisa y su pelo rubio.

Con el pequeño arito negro que le cuelga de la oreja, dios mío que bien le queda.

Después de mi reencuentro con Alexis empecé a pensar en cómo no le había visto el pelo en varios años. ¡Somos vecinos por dios! Miradas furtivas en los rellanos, delicados encuentros, saludos con tímidas sonrisas... lo típico de una película romántica de domingo

Miré por la ventana de mi habitación y ahí estaba él, metiendo sospechosas cajas en una furgoneta.

Su pelo caía un poco ondulado en su frente, su camiseta blanca y su buena sonrisa. Dios mío que guapo es, pero aunque sea el mayor tesoro de la humanidad tiene algo más, su nombre; Alexis. Me parece el nombre más flipante del mundo. Alu-ci-nate

Me gustaría volver a acercarme a él, volver a sentirlo, pero ahora todo es muy complicado. Demasiado complicado para mi gusto. Además, Asher es su amigo, y si Golum nos pillara seguro que me desterraban por adulterio, o me quemaban por bruja. Aunque todo valdría la pena

Estaba babeando en la ventana cuando sentí la puerta abrirse. Seguramente sería Lidia, si me veía ahí en la ventana seguro sospecharía algo; dado que ayer le conté todo mi drama y mi tormenta de sentimientos.

Di varias zancadas grandes y me senté en la mesa del comedor. Los libros de historia del arte ya estaban abiertos así que solo debía peinarme e intentar bajar el colorado de mis mejillas.

- ¡Hola! – saludó

- Hola- contesté intentado que no se notara que había atravesado corriendo toda la casa en dos mili segundos

Lidia tardó un rato en acercarse a mí, y lo agradecí un montón así cuando llegó ya estaba más tranquila y relajada.

- ¿Así que estudiando? - me preguntó

Estaba ojeando arquitectura y algunas obras del barroco.

Yo asentí y como buena amante de la historia le empecé a enseñar algunas obras y características del periodo.

- Ves esta decoración- le señale una foto de un cuadro barroco en mi libro viejo de Historia del arte

Lidia miró sin mucho interés

Eran las once de la mañana y aún seguía con cara de recién levantada.

- Debió de llevarles años pintar eso, no hay ni un hueco blanco

Y realmente el cuadro era eso, ni un trozo sin ser pintado o dejado como fondo. Muy típico en el barroco

- Se llama horror vaccui, es el miedo al vacío

- ¿Y eso que tiene que ver con el cuadro?

A veces deseaba poder encontrar una persona que le apasionara tanto el arte como a mí.

- Pues muchísimo Lidia, no hay vacío en este cuadro. Todo está lleno no hay nada sin pintar

Sin vida







MARÍA

Debíamos de llevar un par de días en esas celdas, porque, aunque no veía la luz del sol habíamos recibido 8 comidas y todas repartidas como desayuno, comida y cena. O así calculé, aunque dormíamos casi todo el día. Yo estaba apartada en otra celda continua a la de un grupo de casi 20 regias, ellas lloraban, rezaban y charlaban; yo casi no les prestaba atención estaba sumida en el dolor y los acontecimientos que me habían llevado aquí.

La Mafia del AmorWhere stories live. Discover now