One Piece {𝐾𝑖𝑛𝑔 𝑥 𝑂𝐶 }

Capitulo 7 - 🚨Dominación y sumisión

—Voy a castigarte ahora mismo.

Con la respiración agitada y los nervios rondándola, Galatea solo miraba a King sin ningún tipo de pretensión por su parte. Esperaba quizás alguna orden , nada más.

Me quitaré la máscara más tarde , no aun. Pensó para sí mismo, sumamente a la expectativa.

—Acércate.

Sin rechistar , sin vacilar ni por un segundo , la joven agente , descalza y apenas cubierta con una toalla color bordo , se acercó hasta detenerse lo bastante cerca de King.

En sus manos , el alado portaba unas esposas de cuero , unidas por una cadena plateada. Las ajustó a las finas muñecas de Galatea , quien lo observaba con intensidad.

El frio que solía hacer en el tenebroso castillo , pasó desapercibido.

—Camina hacia la mesa.

El tono de voz utilizado por el Lunaria era grato , casi melodioso , haciendo notar que estaba disfrutando el momento.

La agente se detuvo respirando pausadamente frente a la mesa. Preguntándose qué sería de ella en los siguientes minutos.

King estaba a sus espaldas , y ella no podía más que solo mirar hacia la simple mesa de roble.


¿Por qué tiene que tener puesta la máscara? Se preguntó cerrando unos segundos sus ojos , recordando la noche anterior , donde vio a su amado Lunaria sin aquel trozo de cuero sobre sus facciones.

Rozando sus hombros y parte de sus brazos , una textura un tanto tiesa y fría la recorrieron.

Miró por encima de su hombro unos segundos y creyó dar con el objeto.

Es un látigo...

—Con permiso, agente, te quitaré esto. —avisó quitándole la vuelta a la toalla que cubría a Galatea, la tela se deslizó por completo a sus pies dejando cada centímetro de su cuerpo al descubierto. Estudiando la vista, desplazándose ligeramente hacia un costado, King estaba más que maravillado.

Que belleza...Pensó acariciando con el objeto de cuero la espalda baja de la pelinegra, brindándole un ligero cosquilleo a la joven.

—King...

Una mescla de confusión , temor y emoción la mantenían un tanto tensa, observó sus muñecas , las cuales estaban esposadas , no pudo evitar pensar que le encantaba jugar ese papel de sumisa. Era una propuesta única y osada sin ninguna duda.

—No tienes permiso de hablar. Y te recuerdo—agregó—que soy tu señor.

Está sumido en su papel. ¿Qué me hará?

Colocando su mano cubierta en la mitad de la columna de Galatea, hizo una ligera presión hacia delante. Haciendo que la joven buscara equilibrio apoyando las manos en la mesa.

—Sostente con los antebrazos y separa un poco las piernas.—le ordenó.—así...muy bien , inclínate lo más que puedas.

La mesa es bastante baja...estoy dejando expuesto...todo.

—Agente...será peor si no obedeces.

Tragó saliva fuertemente , haciéndole caso y antes de que hiciera un pequeño ejercicio de inhalar y exhalar sintió un fuerte y ardiente latigazo en sus glúteos.

—¡Agh! —exclamó cerrando sus ojos y apretando los puños con intensidad.

Obviamente esta encolerizado por todas las estupideces que hice. ¿Te desahogas de esta forma?

Quiero servirte aunque sea para calmar tus demonios.

Más.

Más fuerte.

No te contengas, Alber.

Con aun más fuerza , un segundo latigazo sonó sólidamente en la habitación , escurriéndole una lagrima a la agente.

Saboreando cada vez que le asestaba un latigazo , el Lunaria comprendió la falta que le había hecho una sumisa como Galatea. Ya no dejaría sus placeres de lado. Eran una realidad, una abominable realidad.