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—Yoongi hyung, ¿por qué no me quiere hablar? —Un puchero muy pronunciado se creo con sus labios.

—No sé de qué me estas hablando —gruñó, siguió caminando hacia la entrada del colegio—

. Y ya te dije que no me digas hyung.

—Pero usted me dijo en el hospital que le tratara con respeto.

—Y después te dije que ya no quería que usaras los honoríficos.

Jimin abultó más sus labios, y esta vez infló sus mejillas frustrado.

Se había encontrado con Yoongi unos minutos antes fuera de las instalaciones, y el mayor no le había dirigido ni una tan sola mirada. Lo peor de todo es que no tenía la mínima idea de lo que había hecho mal.

—Entonces no me ignore —le dijo haciendo un pequeño berrinche, intentando seguir los pasos del otro—. Yoongi, mírame —suplicó mientras agarraba el meñique del alfa.

El otro se detuvo abruptamente cuando sintió el meñique suyo con el del omega unidos. Giró lentamente y vio hacia abajo; un sonrojo leve se instaló en sus pálidas mejillas. Subió su vista hasta dar con los ojos del menor, y la imagen que vio, casi hace que se vaya de espaldas. Jimin tenía sus ojos brillosos entrecerrados, y sus gruesos labios creaban un pequeño puchero. La cereza del pastel fueron sus mejillas infladas y ruborizadas.

Yoongi suspiró fuertemente. Ni siquiera el sabía el por qué estaba molesto con el menor, cuando él no había hecho nada malo. Se dio una palmada interna cuando se dio cuenta que estaba siendo demasiado idiota.

—No estoy enojado, ¿si? —trató de sonar convincente— Sólo no me levante de muy buen humor.

—Entiendo, eso no es noticia nueva —se burló.

—Mocoso.

—Gruñón.

—Cachetón.

—Paliducho —rió divertido ante el pequeño gruñido del otro— ¿Ya lo ve? Siempre gruñe como si fuera un pequeño y tierno cachorro.

El alfa frunció su ceño. Sí, tal vez no era algo fuera de lo común el que siempre estuviese de mal humor, pero no lo culpen, su cuerpo es el culpable, no él. Luego de unos segundos, se relajó cuando el omega le comenzó a dar pequeñas caricias a su mano. Se quedaron viendo unos segundos a los ojos, y no sabe en qué momento sucedió, pero sus manos terminaron entrelazadas.

—Yoongi~ -canturreó-. ¿Quieres ir conmigo detrás del colegio? -le preguntó con un tono suave, acercándose hasta el oído del mayor.

—¿Pa-para qué? -cuestionó tragando saliva, a esta hora la parte de atrás de las instalaciones estaba completamente vacía, ya que las clases comenzarían dentro de poco.

—Para nuestra sesión de besos -le susurró, sintiéndose poderoso cuando el pálido tembló-. Recuerda que nosotros estamos en una etapa de práctica y ya sabes lo que dicen: la práctica hace al maestro.

Yoongi quiso huyendo rápidamente de ahí. Jimin se había alejado un poco y ahora le veía sonriente con un toque de inocencia combinada con malicia.

Las palabras del menor calaron en sus huesos, y es que aún no podía creer que ese tierno omega le estuviera diciendo algo así.

Aunque ambos chicos no se dieran cuenta de lo que pasaba alrededor, vaya que los demás sí. Muchos comenzaron a cuchichear por la forma en la que el omega y el alfa se miraban, y otros volteaban a ver sus manos. Los rumores correrían como el coyote detrás del correcaminos.

Tampoco se dieron cuenta cuando un alfa y un omega venían entrando a las instalaciones también, uno de ellos a duras penas podía caminar con el gran pastel que ocupaban sus dos manos y parte de su vista, siendo guiado por el omega de cabellos morados.

Dos Alfas, Un Omega Y Un Yoongi - YoonminWhere stories live. Discover now