Capítulo 3.

23 3 10
                                    

Observo por la ventana del autobús, tan solo admiro el paisaje mientras asimilo todo lo que ocurrió el día anterior

اوووه! هذه الصورة لا تتبع إرشادات المحتوى الخاصة بنا. لمتابعة النشر، يرجى إزالتها أو تحميل صورة أخرى.

Observo por la ventana del autobús, tan solo admiro el paisaje mientras asimilo todo lo que ocurrió el día anterior. Por fin tuve la oportunidad de salir del pueblo, pero no pensé que seria de esa manera.

Suspiré por los enormes nervios que me ahogaban, no tenia idea de lo que debía que hacer. Quiero estudiar, pero no sé nada de este sitio. Desconozco por que calles moverme, también desconozco a la gente de este lugar. Muchos han dicho que la gente de la ciudad es muy diferente a los pueblerinos.
Mi padre me dio unos cuantos billetes, pero no serán suficientes si quiero conseguir un lugar donde pasar la noche.

El autobús paró de repente y sin ningún aviso, causando que varios de nosotros nos diéramos un ligero golpe. Observé, y vi como una chica subía molesta por la falta de comprensión del conductor. Buscaba un asiento entre la multitud, y muy en el fondo deseaba que no se fijara en mi. A mi lado se encontraba un asiento desocupado, pero no quería convivir con esa mujer. Lamentablemente, con una sonrisa se acercó y sin ninguna gota de pena se dejó caer al respaldo. Al instante volteé a la ventana para evitar contacto visual y me separé un poco para evitar el roce.

Desde que era niña, convivir con chicos o chicas de mi edad era sumamente difícil y terrorífico. En toda mi vida jamás he estado con jóvenes debido a que en mi pueblo la mayoría son adultos mayores. Suena tonto, pero de verdad este tipo de situaciones me ponen muy nerviosa e incomoda.

Al pasar los minutos, la chica quedó profundamente dormida y a su lado yacía un pequeño folleto que por casualidad tenia un mapa de la ciudad. No soy ladrona, pero de verdad quería echar un vistazo. Con cautela lo tomé y abrí con cuidado. Observé en la hoja la parada donde mi padre me dejó, fue fácil debido a que es la única parada en funcionamiento cerca del pueblo.

— Aquí debe ser el centro de la ciudad...— señalé en voz baja.

— No exactamente.

Volteé lentamente y la chica se encontraba mirándome. No pude evitar soltar un leve grito y le regresé el folleto con rapidez.
Mi cuerpo comenzó a temblar por los nervios y lo único que pude hacer fue observar de nuevo la ventana.

— Tranquila, no pasa nada. — comentó. — Es más, te lo regalo. — sonrió amistosamente.

Lo tomé extrañada y asentí como agradecimiento. Ella volvió a su lugar al escuchar una llamada de su teléfono.
Contestó, pero debo decir que casi no se escuchaba la conversación.
Hablaba muy bajo, pero si pude escuchar algunas oraciones.

— Fui al asilo, pero no encontré algo interesante.

Después solo colgó, y de su bolsa sacó una barra de cereal. Desde la mañana no he comido nada, no me dio tiempo de comprar algo.
Cada que daba un mordisco, podia sentir como un vacío se hacía presente en mi estómago.
Para mi mala suerte, el rugir de mis tripas delató mi hambre, y varios escucharon.

Ella me ofreció un bocado, y accedí.

— Esta deliciosa. — comenté con timidez.

— ¿Te gustó? Aquí tengo otra. — sacó de su bolsa una segunda barrita y me la entregó.

La chica veia como la devoraba con rapidez.

— No eres de por aqui, ¿verdad? — preguntó curiosa.

Negué con la cabeza.

— No, la verdad soy de un pueblo que esta un poco lejano. — Dije mientras daba otro mordisco.

Ella estiró su mano sorpresivamente.

— Mi nombre es Ruth. — estreché su mano con una pequeña sonrisa. — Marie.

                               •••

Después de una larga plática y varias risas, podía decir que ya éramos amigas. De verdad ella me agradaba, casualmente teníamos muchas cosas en común.

— Entonces, ¿por eso te hiciste varios aretes en la cara? — pregunté con sorpresa.

— Si. — Afirmó. — Las personas piensan que los piercings son del demonio. Así que, fui a la iglesia con todos estos. — señaló entre cruzando los brazos.

Ruth era una joven muy guapa. Su cabello era de un color negro y su piel era ligeramente blanquecina. Le gustaba vestir con ropa oscura, y aunque parece un mala persona, es muy amable.

— ¿Y tú? ¿Por que estás aquí? — preguntó.

— Bueno, mi madre me quería casar con un tipo raro, y escapé. — respondí sin más.

— Wow, tú madre es una perra, ¿y qué harás en la ciudad? — volvió a preguntar.

Dirigí mi vista al respaldo, agotada. Llevaba ya varios minutos en el autobús y aún no tenía idea de qué hacer. Tenía que pensar rápido, pero mi mente no daba para más. ¿Qué hace una persona cuando se enfrenta sola al mundo?

— No lo sé, me frustra saber que, estoy sola. — comenté mientras las lágrimas salían una por una.

Sentí la mano de Ruth en mi hombro, era un lindo gesto para reconfortarme. Al principio me sentí valiente, pero ahora que estoy completamente sola me siento indefensa.

— ¿Por que no vienes conmigo? — volteé a ver a Ruth.

No sonaba mal, pero apenas la conocía.

— No lo sé. — murmuré entre secando mis lagrimas.

— ¡Oh, vamos! — exclamó. — ¿Qué mejor que dos chicas descubriendo el mundo?

Sonreí ante su comentario. Ahora que recuerdo, Ruth mencionó que al igual que yo tenía problemas con su familia y tenía ganas de escapar. Si accedo, seremos dos y será más fácil para mi. Soy algo introvertida, y si ella está conmigo puedo convivir más y cambiar un poco mi personalidad.

— Vamos, no muerdo. — mencionó.

— Está bien, acepto ir contigo.

Esta historia se pondrá buenaaaaa.💅🏼
Gracias a los que leen y me tienen paciencia. Esta semana a sido muy pesada por mi trabajo, pero ya podré escribir un poco más.🫶🏻💗
Pronto saldrá nuevo cap.

Atrapada con la bestia©️حيث تعيش القصص. اكتشف الآن