Alcoholismo y algo más

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- Al fin despiertas, sé que ya es algo tarde pero te guardé tu plato de comida - Inosuke se sentó a la mesa dispuesto a esperar a que le diera lo que sea que tuviera mientras parecía perderse en sus propios pensamientos, tan silencioso pero con un aroma a disgusto también, tenía sus ojos levemente enrojecidos y sus pestañas aún un poco húmedas, era muy poco pero gracias al color de su piel era fácil distinguirlo - Inosuke, oye ¡Inosuke! - le tuvo que gritar para hacerlo reaccionar pues no había tocado su comida desde que se lo había dado, algo inusual en él pero más raro aún que solo se disculpara y comiera sin decir nada, sin reclamos, ni gritos ni un golpes, y en ese momento de verdad sentía que se merecía unos cuantos.

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- Inosuke ¿Eres virgen? - la pregunta descolocó al azabache, no sabía qué responder o si realmente debía hacerlo, lo miró con el ceño fruncido y tratando de no arrastrar las palabras.

- ¿Y qué demonios tiene de malo? - Tanjiro rió un poco pero no parecía que se estuviera burlando.

- Eso quiere decir, que soy el primero en tocarte y eso me hace muy feliz - comenzó a lamer de nuevo su pecho, está vez con un poco más de entusiasmo mientras bajaba sus manos a través de su vientre hasta la parte interior de sus muslos, provocó un fuerte espasmo que hizo que curveara su espalda hacia atrás - estás muy enérgico hoy, ya estás duro -

- Maldita sea Santaro - se dió media vuelta quedando boca abajo para intentar gatear pero Tanjiro rápidamente lo tomó por las caderas restregandose contra él, había algo realmente duro ahí atrás - ¿Qué crees que... - la mano del pelirrojo tomó control de su parte delantera mientras besaba su espalda baja, comenzó a masturbarlo de manera suave al principio, Inosuke no pudo evitar gemir, el tacto de su amigo era caliente y muy tentador, quería que continuara pero a la vez le daba miedo, pudo ver cómo usaba la otra mano para darse placer al mismo tiempo, su cabeza le daba vueltas y su rostro estaba caliente, en un momento ambos terminaron, Inosuke en el suelo y Tanjiro en su mano.

- Inosuke, te quiero - esas palabras que había ansiado escuchar hace tiempo, esas malditas palabras que quisiera escuchar, quizás era el alcohol o quizás el hecho de poder escucharlo solo en sus sueños pero no pudo evitar que las lágrimas comenzaran a salir, esto confundió a Tanjiro, hacía años que no veía llorar así al azabache, no desde lo que había pasado con su padre.

- ¿Por qué eres tan raro en mis sueños? - lloraba mientras preguntaba constantemente - ¿Por qué estúpido Monjiro? -

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- Inosuke ¿Te sucede algo? - vió como dejaba de comer para mirarlo y preguntar por qué lo decía, puso su mano derecha en su mejilla y con el pulgar marcó una de las oscuras ojeras que se veía en su rostro, Inosuke estaba confundido, su amigo nunca se había tomado una libertad como esa, se sentía raro pero cálido a la vez - tus ojos están rojos - casi como hipnotizado respondió su pregunta dándose cuenta muy tarde de su error.

- Estaba llorando cuando desperté - ¡¿Qué?! ¿Por qué había dicho eso? No podía contarle la verdad, la resaca y la falta de sueño le estaban haciendo decir tonterías - no sé por qué pero desperté así, quizás soñé algo triste, no me acuerdo - contestó nervioso tratando de arreglar su terrible equivocación dejando un poco confundido al pelirrojo quien casi de inmediato le trajo un poco de té para que se olvidara de eso y volviera a ser el mismo, por que no podía decirlo pero se sentía culpable.

Los días pasaron y Tanjiro se prometió no volver a tocar a Inosuke sin importar lo mucho que quisiera hacerlo, no quería que su mejor amigo volviera a estar triste pero a la vez tampoco podía olvidar lo que le había dicho, no entendía muy bien a lo que se refería, quizás por el hecho de gustar de él o tal vez fuera solo por que creía soñarlo todo, de cualquier manera no entendía por qué razón lo había dicho llorando "¿Tanto le desagradó?" Agh, ahora se sentía aún peor, quizás pensaba que era repulsivo o algo así.

Por su parte Inosuke comenzó a tomar cada fin de semana, Tanjiro no sabía a dónde iba para tomar o con quién iba, se había distanciado un poco tomando como excusa el trabajo y siempre llegaba tarde, llegaba ebrio y apenas de pié, se quedaba dormido en la sala y el pelirrojo lo llevaba a su cuarto pero ya no lo tocaba, no volvería hacerlo, pero al día siguiente solía despertar de mal humor, no su mal humor común, de un genio tan insoportable que ni el sería capaz de soportarse a sí mismo, hizo de todo para remediarlo pero nada funcionaba, ni siquiera su comida favorita y eso ya era bastante.

- Inosuke, sabes que estoy aquí para escucharte - el azabache solo lo miró de reojo, estaban en casa viendo una película antes de dormir y el comentario había venido de la nada - si tienes algún problema, sabes que siempre te escucharé - esa sonrisa, su estúpidamente cálida sonrisa hacía que se le acelerara el corazón, debilitando su ego y forzandolo a responder, pero no sé lo pondría tan fácil.

- Maldita sea Monjiro ¿Qué quieres que te diga? No me siento cómodo haciéndolo aquí, con esa estúpida nariz tuya - se inventó en el momento - te das cuenta de inmediato y me pone incómodo ¿Cómo lo haces tú? - sonrió maliciosamente viendo como el color de su rostro subió casi instantáneamente hasta un rojo vivo, sería fácil molestarlo al parecer, se acercó lento y provocativo al lugar en el que estaba y puso la mano en su pecho, quedando sus rostros peligrosamente cerca uno del otro, podía sentir su respiración chocar contra su barbilla y el corazón latir rápidamente bajo la palma de su mano, pudo sentir como su cuerpo entero vibró solo con eso, lo estaba logrando.

- Pues no sé qué decirte - dijo en tono bajo mientras no separaba la vista de sus labios, ansiaba devorarlos pero se había hecho una promesa - ¡Tal vez si lo haces en la ducha sea más difícil captar el aroma! Ah....creo que debo irme a dormir, mañana hay que levantarse temprano, no te quedes hasta muy tarde ¿quieres? - se levantó y prácticamente huyó de ahí dejando a Inosuke más molesto que cuando se comían el último pedazo de pizza.

Los días seguían pasando y ahora era Tanjiro quien mantenía su distancia, sentía que ya no podía soportar tenerlo cerca, algo tan simple como olerlo que era completamente normal ahora lo inquietaba al punto de tener que alejarse antes de que provocara un "duro" problema, no soportaba mucho estando en casa y se encerraba en su habitación fingiendo tener mucha tarea, cada vez que estaban cerca el uno del otro Inosuke podía sentir la tensión en el aire y solo se alejaban, quizás le había incomodado la pequeña broma de aquél día, era más delicado de lo que había pensado después de todo.

- Estaré con Zenitsu hasta tarde, no me esperes despierto - dijo Tanjiro apenas vió al azabache salir de la ducha, había planeado dejarle un nota junto a la cena que le había preparado pero al parecer lo había pensado mucho.

- Entonces largo - murmuró muy bajo haciendo que el pelirrojo pidiera que lo repitiera - ¡dije que te largues de una maldita vez estúpido frentón! -

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Un poco revuelto pero está, sorry por la mala narrativa, traigo una gripa que apenas y pude sacar el capítulo 😷

¿Por qué eres tan raro en mis sueños?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora