Capítulo 38. 🖤

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Alease

Estaba preparada mentalmente para lo que se avecinaba. Sabía que podría haber muertes y que tal vez Devan saldría herido, aunque esperaba que no fuera así, ya que se sabía defender y estaba listo para esta misión. Tampoco pensaba mucho en eso. No quería pensar en que le pudiera pasar algo y que todo saliera mal. Haría lo que él me había pedido y rogaba al cielo que al final de la noche regresáramos juntos a casa.

Todos estos días estuvieron ideando un plan junto a Blake, Edward y Arthur. La niña que se fue con Blake les dio toda la información que necesitaban para saber por dónde entrar, que camino seguir y por donde salir si las cosas se llegaban a complicar. Estábamos listos para lo que fuera.

—¿Es aquí? —le pregunté a Devan en cuanto detuvo el auto. El lugar era un tipo de fábrica abandonada, pero con Devan aprendí que no siempre estos lugares son lo que aparentan por fuera.

—Sí, es aquí —explicó Devan. Se desabrochó el cinturón y les quitó los seguros a las puertas.

—¿Qué vamos a hacer con todas ellas? —le pregunté.

—Las vamos a traer aquí y después cada una de ellas regresará a su casa con su familia. Nos vamos a meter a la policía local en esto, solo Blake nos va a ayudar. Es lo mejor —apretó mi mano. Asentí.

—No sabemos si ellos están ayudando a Enzo —Devan asintió.

—Así es. Muchas de las veces la misma policía les facilita el tráfico de niñas a estos criminales —tragué saliva —. Lo mejor es no meterlos, estaremos más seguros así.

Entendí todo eso y estaba de acuerdo con Devan por la decisión que tomaron. No podíamos confiar en nadie más que no fuera Blake.

Bajamos del auto y Devan cogió mi mano cuando llegó a mi lado. Me encaminó dentro de ese lugar que estaba custodiado por algunos hombres que portaban armas en las manos.

Devan jaló la puerta hacia un lado y cuando di el primer paso dentro del complejo me llevé una grata sorpresa al ver la decoración y lo bien cuidado que estaba todo. No había ni una mota de suciedad en aquel lugar. Paredes blancas, altas y pintadas de color blanco. Había una escalera de madera que conducían a la parte de arriba. En la parte de abajo se encontraba una sala con sofás de color negro, una mesita en medio y una gran pantalla empotrada en la pared. Había un largo pasillo, pero no pude alcanzar a ver bien, ya que estaba muy oscuro.

—Qué bueno que han llegado —la voz de aquella mujer llamó mi atención.

Levanté la mirada hacia el piso de arriba y la vi bajar con esa elegancia que la caracteriza. Su cabello rubio se movía lentamente mientras ella bajaba escalón por escalón.

Blair. ¿Qué hace ella aquí?

—Pensé que ya no iban a venir —comentó.

La puerta se cerró a mi espalda. Fue así que regresé a la realidad, aquella que me golpeaba tan fuerte que por un momento me sentí mareada. Entramos por completo dentro del complejo hasta detenernos frente a Blair, quien ya había bajado.

No sabía si estaba molesta, triste o decepcionada, pero sentía un revoltijo en el estómago que no me permitía estar en paz.

—Se nos hizo un poco tarde —le explicó Devan. Blair le sonrió.

—Menos mal porque Edward y Arthur están desesperados —rio un poco. No entendía que le daba risa —. Blake llegó hace rato.

—Qué bueno que todos están aquí —dijo Devan a mi lado.

—Alease —me sorprendió que me saludara con un beso en la mejilla —. Qué linda te ves —dijo sincera.

¿Ella dijo qué?

No te acerques a Devan Hawke (COMPLETO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora