«He conocido la perdición en aquella piel y encontrado la salvación al reflejarme en esos ojos».
- Anne Leblanc.
No admito adaptaciones de ningún tipo.
Todos los derechos reservados.
Queda totalmente prohibida sin autorización escrita de la titu...
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"¿Te has enamorado alguna vez? ¿No es horrible? Te hace tan vulnerable. Abre tu pecho y abre tu corazón y significa que alguien puede entrar en ti y deshacerte" —Las benévolas de Neil Gaiman.
Canción sugerida: Dime que no te irás – Luis Fonsi.
Narrador omnisciente.
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Demetria observaba con calma el lugar, la casa de Alice era una hacienda magnifica en la cual tenía alrededor de dieciocho mil pies cuadrados y quince acres de terreno, envuelta en una acogedora privacidad que le daba la oportunidad de poseer un refugio majestuoso. La casa consistía en un lugar sinuoso con un exterior de roca importada del río Arizona y cedro, que combinaban perfectamente para crear un atractivo rustico y elegante. Con alrededor de siete habitaciones, incluyendo una habitación con literas y un apartado de garajes, además de los establos y otros lugares que la hacían un lugar maravilloso para trabajar y vivir. La reina disfrutaba mucho de aquel espacio, le recordaba una época entrañable de su vida donde su padre la llevaba a la cabaña, una que tiempo después fue el lugar de que provocó su muerte, sin embargo, mucho antes del dolor, existieron momentos de felicidad en los cuales se veía llena de luminosidad y vida, corriendo por las hectáreas de terreno cubierto por césped.
