Capítulo 2

336 36 16
                                    

Siempre me gustó estudiar, pero lo admito, soy vago, muy vago. La carrera que elegí en la universidad, cuando logré pasar el examen de acceso con una nota increíble, fue medicina. ¿Por qué elegí aquello? Porque mis padres decían "Debes estudiar medicina para lograr un doctorado, y ser alguien" y yo, como un imbécil, les hice caso.

Allí estaba yo, con diecinueve años, metiéndome a la carrera de medicina, como si se fueran a acercar a mi y decir "Bienvenido a la mejor elección". El primer año, no fue nada mal. Sacaba buenas notas, y la verdad es que no me decepcionaba estar ahí. Me obsesioné, provocando que no saliera de casa. Todo el día estaba estudiando, forzando a que Louis vago no asomara. ¿Sabéis qué? Terminó apareciendo. Él es listo. En el momento correcto, dijo: Hasta aquí.

Con mis veintidós años cumplidos, salí de la universidad. Iba a comenzar mi tercer año de carrera, por lo que fue una retirada a tiempo. Mis padres se lo tomaron muy personal. Hubo una discusión muy fuerte, porque me harté de que ellos quisieran elegir mi futuro. Es mi puta vida, tengo derecho a elegir el camino que tomar. Me fui de casa, y puedo aseguraros, que fue la mejor decisión de mi vida. Logré meterme a un apartamento con el dinero que había ahorrado durante años. Obviamente no era infinito, por lo que empecé a echar currículums sin ton ni son, deseando y rezando que me cogieran en cualquier puesto. Aquí es donde entra el centro comercial. Buscaban gente joven para vigilantes nocturnos. Tanto a Zayn como a mí, nos dijeron que éramos ideales para el trabajo. ¿El único inconveniente? Que el centro comercial está a tomar por culo. De ahí a que tenga que tomar el tren.

Tal vez mi vida sea una mierda en estos momentos, pero al menos tengo un techo donde dormir, comida todos los días en la mesa, y un trabajo desde hace un año.

He pensado en retomar mis estudios, pero no lo sé seguro. Tengo que darle vueltas, aunque el tiempo vuela y ya tengo veintitrés años, por lo que estaría bien que mi cerebro se decida cuanto antes.

--

— Hola Niall, feliz cumpleaños.

Louis sorprendió a su amigo con un pequeño pastel de cumpleaños. Eran las siete de la tarde, bastante pronto para él. El rubio, con una sonrisa, observó el postre y después al joven.

— ¡Louis! No esperaba verte aquí a estas horas.

— ¿Y verte solo cinco minutos después? Nah. — dejó el pastel en el banco y abrazó con fuerza a Niall. Él le devolvió el abrazo. Palmeó su espalda y se separó de él, tomando de nuevo el postre. — Ya veintidos, estás hecho un viejo.

— ¡Mira quién fue ha hablar! — ambos rieron. Louis le dio la tarta. — Muchas gracias, Louis. — miró el postre. — de limón, como me gusta.

— Si, como tu pelo. — Louis le guiñó el ojo, soltando una risa.

Ambos chicos se sentaron. No había mucha basura aquella tarde, así que Niall podría tomarse un pequeño descanso.

— Quería proponerte algo, para el viernes, no sé si tengas planes. — preguntó el ojiazul, viendo cómo su amigo se comía el pastel.

— ¿Después del trabajo? — Louis asintió. — No, no tengo planes.

— Verás, ese día, yo tengo el día libre, y había pensado que podríamos salir de fiesta. — al rubio se le iluminaron los ojos. — También conocerías a mi amigo Zayn.

— Oh, ¡suena genial! Cuenta conmigo. — agregó Niall con una sonrisa. Dio un bocado al postre y se relamió los labios. — Joder, qué rico está.

— Cuidado no te atragantes, idiota. — el ojiazul rio y se acomodó en el banco. — Perfecto, pues el viernes podríamos quedar por tu casa, y de ahí elegimos a qué discoteca vamos.

 ~ Asiento reservado. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora