Capítulo 37.

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Volviendo a subir

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Volviendo a subir.

"Temple en el fuego, y nos volveremos más fuertes. Cuando sufrimos, sobrevivimos ". ~ Cassandre Clare

Siempre dicen que en los cuentos de hadas la princesa siempre va a ser salvada por los príncipes con altanería y problemas de confianza, siempre nos han presentado que ellos son los que van a proteger a la mujer de todo mientras ella no es capaz ni siquiera de tomar un palo para defenderse.

Claro que era bello tener a alguien que protegiera y que rescatara de la persona mala, pero no te puedes quedar de brazos cruzados cuando sabes que tu vida está en peligro y tampoco vas a sacrificar todo un reino por ti. Es tonto pensar que la princesa no puede defenderse y siempre tiene que ser rescatada por el príncipe con complejos de superioridad, las mujeres también tienen autonomía y muchas veces, estas son más fuertes que cualquier príncipe que tiene ciertos complejos de "ser el macho alfa".

De niña siempre odié las historias de las princesas ¿Qué mujer se enamora de una bestia que le quita la libertad? O peor aún ¿Quién se enamora de un hombre que solo tiene dos líneas en la película y es como 20 años mayor? Las únicas películas de princesas que me gustaban eran esas en donde la mujer se superaba a sí misma y no era porque tuviese un complejo feminista o algo por el estilo, era porque si una mujer no tiene carácter, termina con cualquier idiota que la sepa follar, pero no amar; un idiota que se comporta como una bestia y solo la verá como un tozo de carne o un trofeo al cual exhibir.

Quizás por eso yo nunca esperé un príncipe azul, porque nos damos cuenta que las películas infantiles siempre te ponían que debía ser delicada y bella para poder atraer a alguien que te amara y que aun así tratará de cambiarte, yo jamás esperé un príncipe azul porque mi madre me había dicho que los príncipes azules son unos papanatas que no saben hacer nada y que sólo se ocultan tras una espada.

Yo quería un Guerrero que luchará a mi lado, alguien que no intentará cambiar quién era y que aceptará que yo no me iba a quedar de brazos cruzados si alguien estaba en peligro. mi madre siempre había bromeado con que yo lo que quería era un General Shang como en la película de Mulán, un hombre que no dudará en amarme aun en la guerra y que sí, me protegería pero también me daría la libertad de protegerme a mí misma.

Realmente siempre había deseado tener alguien que estuviera dispuesto a luchar a mi lado, no que quisiera encerrarme en una torre para protegerme, siempre había querido a alguien que estuviera dispuesto a sacrificarse tanto como yo y que sí, me protegiera de las balas pero que también me dejara protegerlo a él.

La vida me había sorprendido no sólo dejándome encontrar a uno, sino dándome a dos perfectos hombres que estaban dispuestos a mover cielo, mar y tierra por mí, pero que también me daban la libertad de protegerme a mí misma y de protegerlos a ellos. Eran los guerreros incansables que me protegerían sin importar nada, eso es realmente me hacía sentir bien y completa porque sabía que a su lado no importaba las tormentas que atravesáramos, siempre sostendrían mis brazos pero dejarían mis manos libres para poder seguir disparando a todos aquellos que atravesarán en nuestro camino, sí, ellos me protegerían y moverían hasta el mismísimo infierno para encontrarme, pero de la misma manera dejarían que yo lo hiciera para encontrarlos a ellos.

Sólo tú. Mi dulce tormento.©Where stories live. Discover now