Capítulo 49.

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Mi padre

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Mi padre.

"No es fácil ni importante volver al pasado y reabrir las cicatrices de allí. La única justificación es saber que ese conocimiento me va a ayudar a entender mejor el presente."~ PAULO COELHO


La vida misma siempre nos enseña los momentos en que el amor es el antídoto para cualquier dolor, momentos en donde nos damos cuenta de que un abrazo o una palabra de cariño son suficientes para sanar heridas no sólo físicas, sino también del alma y del corazón, el amor es una fuerza realmente diferente, algo que nos hace mantenernos quietos y nos permite tener sentimientos humanos, sin el amor no sabríamos qué hacer ya que viviríamos en una soledad no buscada.

Recordaba todas las enseñanzas de mi padre, él mismo me había dicho que existen varias formas de amar, el primero es el autoestima te aprendes a amar a ti mismo, no en exceso, o se convierte en narcisismo, pero sí te amas a ti mismo y eres capaz de ver tus defectos y tus virtudes pero aún así amarte como a nadie, te das cuenta que no estás solo porque te tienes a ti mismo y te amas, apagas esa voz interior tan destructiva, esa voz que a veces te llena de inseguridades, pero que aun así tú te amas.

Mi padre también siempre había hablado sobre el segundo amor, el amor hacia otra persona o de pareja, ese amor que nos hace valientes, un amor que nos transforma completamente, cuando conocemos a la persona indicada nada nos da miedo y asumimos riesgos que estando solos jamás lo habríamos hecho. Él siempre me había dicho que eso se debía a que se despierta una parte del amor que antes no se conocía, te sientes querido por otra persona y te sientes totalmente en confianza, siempre me había dicho que cuando encontrara la indicada yo me daría cuenta de ello, y a pesar de que yo era un pequeño niño que no entendía mucho sus palabras, las había conservado en lo más profundo de mi corazón.

Mi padre también hablaba sobre el amor a los padres, amigos y hermanos, el amor a mis padres sólo lo había desarrollado con él, sólo él era capaz de mitigar los efectos que a veces mi propio estrés infantil me provocaba, él me decía que siempre podía acudir a él para cualquier cosa que pudiera ayudarme, que aunque mi madre se había ido, ella también me amaba pero yo estaba seguro de que eso era una completa mentira, así que la mayoría del tiempo odiaba a mi madre por haberme abandonado.

A mi único amigo, Conall, realmente lo quería, era alguien que me había acompañado en los momentos más oscuros de mi vida, que había estado a mi lado a pesar de que yo me comportara como un verdadero idiota y que compartía su vida con la misma mujer que yo. A mis hermanos, al único que quería era a Álex, a pesar de que la mayoría de las veces era un completo desastre, sabía que tenía a alguien en que confiar, alguien que si no tenía las palabras que decir me daría una palmada en la espalda y eso sería un apoyo suficiente para cualquier adversidad.

Mi padre también me había hablado del amor a los recuerdos, ese ese amor que siente cuando recuerdas momentos gratos que estuvieron en tu vida, Que a pesar de que estés viviendo una tormenta infernal, esos recuerdos te ayudarán a poner los pies sobre la Tierra y algo mágico va a suceder por más estresado o por más angustia que tenga el corazón, la imagen de un recuerdo agradable va a hacer que tú te des cuenta de que las cosas no están tan mal, vas a llenar tu corazón del amor que sentiste en ese momento y por lo tanto podrás luchar contra todo lo que esté en tu contra.

Sólo tú. Mi dulce tormento.©Where stories live. Discover now