54.

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Kiyoomi había llegado a su casa al día siguiente en la tarde. No podía creer que otra vez lo hayan llevado en una camioneta último modelo, lo único que cambió fue el chofer. Kiyoomi agradecía que el tipo de la noche anterior sólo condujera para Atsumu en las noches.

Al entrar a casa, lo primero que sintió fueron 3 pares de ojos clavados en él. En la sala estaban Yuji, Komori y su madre viéndolo un poco molestos. Kiyoomi ya sabía lo que venía.

El pelinegro olvidó por completo avisar que saldría del lugar y ni siquiera revisó su celular en toda la noche y mañana.

— Sakusa Kiyoomi. — dijo su madre con un tono de voz que indicaba regaño. — Que sea la primera y la última vez que me haces pasar este tipo de situación.

Kiyoomi sonrió un poco culpable rascando su nuca.

— Lo siento, olvidé por completo avisar. — Komori se acercó a él y le dio un puño en el brazo.

— Estúpido. — dijo molesto. — Te mataré cómo vuelvas a hacerlo.

Kiyoomi entrecerró sus ojos un momento. Se supone que el chofer de Atsumu los llevaría a sus casas, ¿no dijo que estaba con Kiyoomi? al parecer, fue discreto.

Kiyoomi rodó los ojos y cuando iba a caminar hacia su habitación, pudo ver por el rabillo del ojo la puerta de la habitación de Yuji. Estaba entre abierta y en el piso estaban sus maletas.

El pelinegro frenó y miró directamente hacia la habitación de Yuji. Con su ceño fruncido, volteó a ver a su amigo y este solo apartó la mirada.

— ¿Por qué hiciste tus maletas? — Yuji no dijo nada. — Creí que nos íbamos en 2 semanas.

— Yo... yo regresaré hoy. — respondió el de cabello rosa haciendo que Kiyoomi enarcara una ceja.

— ¿Por qué? — Yuji suspiró y caminó hacia la habitación siendo seguido por Kiyoomi. Una vez estando dentro, el más bajo cerró la puerta y miró a su amigo.

— Me gustas. — admitió sin titubear.

A Kiyoomi le tomó un par de segundos retener la información que acababa de obtener. Al principio solo se quedó mirándolo esperando a que dijera que era una broma y comenzara a reír, pero al ver que no fue así, aclaró su garganta ganando tiempo para pensar en una respuesta decente sin tener que lastimar a su amigo.

— No tienes que decir nada. — susurró Yuji. — No te lo estoy diciendo para obtener algo a cambio. No espero ser correspondido y tampoco espero ser rechazado. Ya sé que tus sentimientos van dirigidos hacia Atsumu y por eso, simplemente, he decidido irme.

Kiyoomi no sabía qué decir. No podía creer que su amistad de todo este tiempo esté sintiéndose mal por su culpa.

Kiyoomi quería arreglarlo, realmente quería hacerlo, pero... ¿qué podría hacer?

— Hablé con Nishinoya y dice que puede abrirme un espacio en su apartamento para quedarme durante este último semestre que nos falta por cursar.

Kiyoomi lo miró sin poder creerlo.

— ¿Estás... estás diciéndome que ya no seremos amigos? — Yuji tragó saliva.

— No, no intento dejar de ser tu amigo... al menos no todo el tiempo. Simplemente, ahora no puedo serlo.

El bajón que estaba sintiendo Kiyoomi en ese momento era indescriptible. Yuji era su amigo, fue su apoyo y su compañía durante años. ¿Qué haría ahora?

— Lo siento, Kiyoomi, pero no puedo seguir siendo tu amigo en este momento. — Kiyoomi bajó la mirada. — Incluso...

Kiyoomi levantó la vista mirándolo confundido ya que Yuji parecía sentirse culpable.

Daylight [SakuAtsu]Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz