Entre Criaturas (Capitán Gato x Harem)

Interacción

Kendo: Capi, Capi, Capi, despierta, necesito que me ayudes.

La vos proveniente de Kendo fue suficiente para motivar su despertar, abriendo los ojos como pudo aun medio dormido intento levantarse. Quedando sentado en la cama llevo una mano hacia su cabeza apoyando sus dedos en la frente, casi de inmediato los quito, estaba ardiendo. Aturdido intento dirigir la vista hacia Kendo, sentía que la cabeza le daba vueltas.

La luz del cuarto fue suficiente para segarlo por un par se segundos, confundido llevo una mano hacia su frente limpiando un líquido tibio sobre su cabeza, no entendía en qué momento las luces habían sido encendidas, pero no parecía ser lo más importante.

Capi: ¿Qué pasa? ¿Porque tanto ruido? ¿Qué me pasa? - se detuvo un momento reincorporándose, sintiendo como si algo dentro de su estómago fuera a salir - No me siento bien - volteando se paralizo al contemplar la situación de Kendo, estando tendido en la cama boca con la cabeza colgando pudo escuchar una tos acompañada de un leve goteo.

Kendo: N-no m-me si-sie-nto bi-bien - Con sus pocas fuerzas apoyo débilmente las manos en el colchón para mirar a Capi - Cr-creo q-que es-estoy en-enfermo.

Capi apenas pudo contener su grito al ver su estado. Su expresión demacrada formada por unas visibles ojeras era acompañada por un par de manchas carmesí en sus ojos. Sus labios secos mostraban un leve hilo de sangre que caía desde su boca hacia el suelo.

Sorprendido no lo pensó más y se dispuso a levantarse, apoyándose de sus manos se levantó lo más rápido que pudo. Estando de pie del otro lado de la cama sintió como casi perdía el equilibrio, apoyándose en la mesa de noche respiraba pesado intentando recuperar el aliente, tampoco se sentía bien y los malestares no le hacían fácil ayudarle.

Apoyándose en la pared se enderezo como pudo y camino hacia Kendo, mientras lo hacia su mente recapitulaba su situación, los malestares se mantenían repitiendo en su cabeza y entre eso encontró una idea, de alguna manera le resultaban similares, aunque no podía descifrar correctamente el que. 

Estando frente a Kendo veía a su compañero hacer su mayor esfuerzo por reincorporarse. Sin esperarlo se acercó y agacho cerca de él. Con cuidado acomodo a Kendo dejándolo sentado en la cama, tomándolo con cuidado por los brazos los paso por sus hombros estos intentaron generar un débil agarre aprovecho y pasando sus brazos debajo de sus piernas apenas fue capaz de levantarlo entre sus brazos. 

La pesadez le empezaba a afectar. Sentía como sus brazos le temblaban, hacia uso de toda su fuerza restante más para evitar dejarlo caer que otra cosa. Al mirar a Kendo y mirarlo podía ver su expresión perdida, sabía que tenía que darse prisa moverse.

Dándose vuelta camino hacia la puerta, cada paso era una tortura, sus piernas le dolían y sentía un leve temblor que se hacía cada vez más frecuente a medida que avanzaba, sin dejarse caer. Miraba la puerta como una meta a la que alcanzar, había visto el exterior de ese lugar ya después se las ingeniaría para llegar al elevador.

Estando a punto de llegar miraba la puerta a punto de llegar, sabía que solo sería cuestión de aguantar un poco más, sin embargo, su cuerpo tenía otros planes, estando casi frente a ella sitio como su cuerpo había llegado al límite, cayendo de rodillas miro con impotencia como su débil cuerpo no estaba dispuesto a dar más de sí. Apenas pudiendo hacer algo al respecto al menos pudo evitar caer sobre Kendo a amortiguando el golpe con su espalda.

Desde el piso confirmo su temor, las piernas no le respondían. Desde el piso miro hacia Kendo, tumbado encima de él, apoyado sobre su cuerpo, con su cabeza apoyada sobre su pecho. Viendo sus brazos aun envolviéndolo apenas fue capaz de sujetarlo y usar su única mano libre para arrastrarse hacia la pared.