Nuestra mesa / Tres

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Capitulo 3 - Nuestra mesa


La puerta de la habitación fue cerrada con fuerza, al igual que la exquisita boca del omega cuando el alfa lo besó agresivamente, ignorando el hecho de que él no estaba del todo de acuerdo. Sin embargo Jimin no se opuso a partir de ese momento. Le devolvió el beso con un poco más de fuerza si era posible, sujetó su saco oscuro de terciopelo y se lo quitó desesperado, jugueteando suciamente con la lengua ajena y dejándose desvestir hasta ser echado en la cama casi desnudo.

Lo iba a cazar y domar con sexo, y su lobo estaba de acuerdo.

Las fuertes feromonas del alfa lo hicieron encenderse, podía sentir el sabor del café amago bajo su paladar. Su entrada comenzó a llenarse con su lubricante natural y su piel se erizó peligrosamente. Pero Jimin ignoró aquello, después de todo, su naturaleza omega era más fuerte que su mente algunas veces.

Las manos de Jungkook lo tomaron furioso por su abdomen y cintura... tanto deseo junto lo abrumó, lo hizo sentir especial y algo confundido. El alfa se veía obligado a detener sus besos para gruñir ansioso, cuando los dientes ajenos tiraban de su labio inferior apunto de hacerlo sangrar. El dolor de su erección era cada vez mayor. Se sentía como un alfa pequeño lidiando con su celo por primera vez.

Las sábanas los recibieron entre jadeos y gemidos, Jimin abrió las piernas sin vergüenza, invitandolo a pecar a Jungkook de una maldita vez. No podía quitar la vista del alfa, que se dejaba ver frente a él sin una pizca de raciocinio. Su lobo interior aulló satisfecho, cuando el calor ajeno lo envolvió, cuando las fuertes manos sujetaron su cintura y apretaron con fuerza, cuando el café amargo incluso pudo saborearse bajo su lengua.

Jungkook terminó por quitarse sus refinadas prendas y una vez en el centro de la cama tomó su miembro sin delicadeza, dispuesto a penetrarlo cuando vió la entrada del omega, perfectamente dilatada por su lubricante natural. El lobo lo recibía gustoso, aquel líquido deslizante entre sus piernas era la prueba de aquello.

- Tan húmedo para mí.

- No digas estupideces en este momento.

Finalmente Jungkook lo embistió con fuerza, dejando escapar un gruñido profundo, inmediatamente luego de que las paredes de Jimin lo apresaran con violencia. El cuerpo del omega ardía alrededor de él y por fín pudo distinguir expresiones de placer en su rostro. Ya no parecía el omega frívolo de minutos atrás, no con sus mejillas sonrosadas y sus labios entreabiertos e inflamados debido a las mordidas.

Jungkook sonrió orgulloso mientras entraba y salía de él con paciencia. Los primeros movimientos siempre eran dolorosos, pero placenteros al fin y al cabo.

"Mírate cachorro, ya no eres tan desafiante como creías... recibiendo mi polla sin oposición"

Jimin sonrió despreocupado, disfrutando del placer que se colaba por cada una de sus neuronas. No pensaba detenerse ahora, tampoco intentaría evitar liberar su aroma. Sabía que era cuestión de tiempo para que Jungkook se volviera adicto a la sensación.

Poco a poco los gemidos de ambos envolvieron la habitación... aunque por orgullo intentaban evitarlo. Las manos del alfa se dirigieron al rostro de omega, logrando que sus miradas se encontraran y que el brillo de sus ojos los delatara: aun sintiendo odio por el otro, su atracción era fuerte e intensa.

Las uñas de Jimin dibujaron amplias heridas sobre la piel maltratada de su "señor", tratando de herirlo pero a la vez de provocarlo. Era evidente que Jungkook no era de los románticos, le gustaba duro y cuando él quería. Su miembro era víctima del roce contra la pelvis ajena, no había rastro de dolor en él, solo lágrimas que le indicaban que el destino comenzaba a formar un vínculo con el alfa, al cual detestaba. Era avergonzante el placer que lo hacía gemir y casi gritar, dejando al descubierto a su lobo satisfecho que tanto quería ocultar.

𝔼𝕝 ℂ𝕠𝕟𝕕𝕖 𝕁𝕖𝕠𝕟 → KOOKMIN → OMEGAVERSEWhere stories live. Discover now