Apartamento de Víctor Nikiforov — July 21, 2017 / 18:48
El apartamento de Víctor no era uno cualquiera, esa fue la conclusión que llegaron los tres alfas invitados cuando ingresaron a sus dominios. Era enorme, un penthouse que ocupaba todo el piso superior de aquel edificio de fachada vieja, pero cuyo interior demostraba que estaba modernizado. La cocina era gigantesca, para Otabek era más espaciosa que el piso donde vivía. La sala estaba llena de libreros con una gran cantidad de libros que llamó al atención de la rusa, mientras inspeccionaba el lugar. Tenía una terraza, a la que se asomó Plisetsky solo para ver a la gente pasar y sí, notar algunos periodistas buscando alguna primicia. Pero todos concluyeron sin necesidad de hablarlo que Víctor lucía lo que tenía.
Los tres se pusieron atentos cuando sintieron al dueño de la casa salir de la habitación principal. Yuuri había querido dormir. Victor, al salir, lucía un poco más relajado de cómo había entrado a ese cuarto. Se había desabotonado la camisa y había dejado de lado tanto el saco, como su chaqueta y la correa. Caminó descalzo hasta el mini bar de donde sacó una botella de vodka. Todos concordaron que sí necesitarían el trago.
Había pasado una semana desde la sentencia y Víctor se encargó del pago de la fianza, pero ahora tenía otro problema mucho más grave que el registro de Yuuri en las centrales de riesgos, bases de datos de confidencialidad en Rusia y en otras de acceso internacional. Yuuri se había quedado sin empleo, la empresa no pudo permitir que se mantuviera el contrato tras lo ocurrido, para salvaguardar su reputación. La discusión que hubo una hora atrás en esa misma sala había surgido por ello: Mila necesitaba regresar a Suiza, y quería estar segura de qué haría Yuuri, porque la recomendación de Lilia seguía vigente, y habían notado a la prensa y un grupo de alfas debajo del edificio protestando o vigilando. Pero tampoco podían decidirse. Yuri decía que iría hasta a Cuba si era necesario pero que no abandonaría a Yuuri, Otabek lo tenía más difícil porque estaba cursando su último año de la carrera. Víctor podría llevarlo a donde sea pero también tenía negocios que atender.
Cuando Mila sugirió Suiza y que ella lo ayudaría a regresar a la empresa ahora bajo su tutela, Yuuri se negó. Furioso con toda la situación los dejó a los cuatros con la palabra en la boca y se metió a su habitación. Ninguno se atrevió a hacer nada hasta que Víctor decidió por sí mismo acercarse y evaluar el ambiente.
Afortunadamente, todo lo que había ocurrido había ayudado a mejorar la comunicación entre Víctor y Yuuri, por tanto, el alfa ya sabía lo que sucedía en el corazón de su pareja. Yuuri estaba asustado, agotado y frustrado. Había dejado de ser un hombre independiente con trabajo fijo y bien remunerado, a convertirse en un omega encerrado que no tenía la posibilidad de ir a la esquina de la calle para beber un café. Odiaba depender de todos, se sentía ahogado con tanta atención, extrañaba sus tiempos a sola y le gustaba también su privacidad. ¿Cómo compaginar eso sí debía compartir su cuerpo y su tiempo con cuatro personas que, sin duda alguna, querrían todo lo que fuera posible de él?
Sonó tan sencillo en la teoría, cuando la dra. Okukawa y el lic. Giacometti lo mencionaron en el despacho. Pero viéndolo en la práctica, era una locura. Yuuri tenía miedo de fallarles a todos, tenía miedo de no ser suficiente, se preguntó ya si debía dejar ir a algunos de ellos y como se sentirían ellos si le tocara escoger.
Yuuri sentía que debía resolverlo, porque era de él la culpa. Fue él quien provocó la inusual situación y no veía justo que los alfas se conformaran. Incluso, consideraba que eso ya lo hacía un mal omega para los cuatro. Por otro lado, estaba una cuestión mucho más intima que solo a Víctor fue capaz de confesar, y aunque una parte del alfa vibró de emoción, la otra comprendió con pesar lo difícil que era acordar así. Yuuri amaba a Víctor, mucho más de lo que amaba en ese momento a los otros tres. Y aunque sentía que eso podría cambiar con el tiempo, tenía miedo de si no llegaba a pasar así.
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Juicio de Alfas (YoI)
FanfictionYuuri está metido en un lío legal: cuatro alfas no solo lo señalan como su omega destinado, sino que él mismo sabe que es el destinado de los cuatro. ¿Pero como funciona eso en un mundo donde impera la monogamia?