⌇ O7.

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— livy, ¿si me estás prestando atención?

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— livy, ¿si me estás prestando atención?

sacudí mi cabeza y giré mi cabeza en dirección a lena.

— perdón, estaba...

— en tu mundo, si. te estaba diciendo que dentro de poco era el cumpleaños de louis y josh pensaba hacer la fiesta aquí.

me pegue en la frente con una mano, malena me miró divertida y me pellizco una mejilla cuando pasó por mi lado.

— auch —sobe mi mejilla—, me había olvidado, a veces ni siquiera recuerdo cuando es mi cumpleaños, mucho menos voy a acordarme el de alguien más.

lena mordió su labio inferior, aguantando una risa, puso sus manos en la cadera y entrecerró los ojos.

— ¿por lo menos sabes cuantos años cumple?

no tenía ni idea de que edad tenía ahora, ¿trece? ¿catorce?, quien sabe.

— cumple catorce, ¿no?

malena resopló y yo me reí nerviosa.

respuesta incorrecta.

— cumple dieciséis, Olivia —¿como que dieciséis?, si parece de trece—, ¿que te ha estado pasando para que estés tan distraída? —siempre lo he sido, pensé—, no es algo muy propio de ti, y has estado así desde hace días.

jmmm, bueno, es que he tenido que asegurarme de que cuatro personas no se den cuenta de mi verdadera identidad, y eso no es un trabajo muy fácil que digamos.

suena muy a serie dramática adolescente ¿verdad?, estaba siendo como la copia barata de hannah montana.

estas últimas semanas (en realidad una y media) habían sido una tortura (mucho más que eso), me había hecho más cercana a los hoteleros de Tokio (es humor, eh) demasiadooo, tanto que hasta se quedaban en el bar cuando tenía que trabajar, pero no todo era bueno, tuve que inventarme que vivía en una casa de la cual no tenía ni idea que ahí vivía un señor amargadísimo que siempre que tengo que tocar la puerta para fingir que si es mi casa, me regaña peor que quien sabe quien, nunca nadie me había regañado tanto como ese señor, aunque después de más de una semana yendo, supongo que ahora le caía mejor y hasta me ayudaba a fingir que si vivía ahí.

señor Johnson, lo adoro.

— ¡olivia, la olla!

— si, aquí est... ¡ah, mierda! —pegue un brinco cuando el fuego casi me quema y me lleve una mano al pecho —, ¡necesitamos un extintor!

— lo que necesitamos es que te concentres —apago la estufa y agarro un guante— de nuevo, te estaba diciendo que necesitamos ayuda extra para la fiesta —hice una mueca y después sonreí rápidamente cuando vi que me alcanzó a ver de reojo— se que no te cae tan bien Louis, —ni siquiera bien— y a mi tampoco —reprimí la sonrisa que sabía que en cualquier momento se me escaparía, ella blanqueó los ojos y me pincho el estómago cuando noto que había entendido la indirecta que lanzó sin saberlo.

FILOFOBIA.   ★   tom kaulitz. Where stories live. Discover now