Compararse con el resto ha sido algo doloroso para Sarah. Desde su niñez ha crecido rodeada de comentarios sobre su cuerpo. La vida le ha mostrado que era atractivo y que no. Ha crecido bajo la sombra de los estándares.
Seokjin aparece en su vida pa...
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Habían pasado dos semanas desde mi cumpleaños. He intentado hablar con Sarah. Intenté comunicarme de todas las maneras posibles pero no daba resultado. Fiorella jamás la dejaba sola, por lo tanto no podía acercarme.
El curso había terminado, las vacaciones habían comenzado. Papá tenía la idea de regresar a Corea por unos días, pasarlo allí en familia, pero decidimos quedarnos con Nam. No había nada allí que me dieran ganas de regresar, todo me recordaba a mamá.
En estos días pensé mucho en ella. Traté de imaginar que me hubiera aconsejado a hacer. Solo podía verla abrazarme y diciéndome «pronto todo pasará». Pero todo seguía igual. Extrañaba a Sarah. Extrañaba su voz, su sonrisa y sus ojos. Extrañaba su dulce aroma y sus besos. Me sentía tan estúpido. Estaba furioso conmigo.
Decidí que era buena idea salir a caminar un poco. El sol brillaba en lo más alto y caminar cerca de la costanera parecía buen plan. Intenté evitar cruzar miradas con ciertos compañeros de la universidad. Por dentro rogué cruzarme a Sarah, solo por casualidad, lo rogaba tanto.
Luego de una hora y media de caminata me senté en un banco, bajo la sombra de un gran Sauce. Cinco minutos más tarde alguien ocupo el lugar de al lado. Levanté la vista y la rabia me consumió. No dije ni una palabra, solo quise ponerme de pie y alejarme, pero ella atrapó mi muñeca.
— ¿Qué demonios quieres, Jazmín? —Hablar sobre la otra noche... — ¿La otra noche? —Sobre nosotros... el beso... — ¿Nosotros? ¿En serio lo dices? —Yo sé que algo te pasa conmigo, Seokjin. Lo supe desde el día en que llegaste y te fuiste con esa, para darme celos... — ¿«Esa»? ¿Te atreves a llamar así a Sarah? —Jazmín seguía con sus cejas levantadas, queriendo negar la realidad— Mira, Jazmín no tengo tiempo para tus estupideces. Bastante caro me ha salido —me alejé pero no tardó en alcanzarme. — ¿En serio? ¿Sarah? — ¿Por qué no? —no detuve mi paso. Ella caminaba de prisa a mi lado. —No lo sé... Ella es... — ¿Qué, Jazmín? ¿Ella es qué? —Ya sabes. Su cuerpo... —Eres tan superficial. ¿Realmente crees que tienes el derecho a hablar de los cuerpos de los demás? No has aprendido nada —se mantuvo en silencio—. Sarah es hermosa. No solo su físico, todo en ella es hermoso y lo sabrías si al menos intentaras conocerla y dejarás de pensar de esa forma que retrasa tanto. —La amas, de verdad —se detuvo. Me giré para poder verla. Por primera vez vi un destello de luz en su mirada. Sonrió con sinceridad y sus ojos se nublaron. —Si. La amo. Pero gracias a tu broma y la de tus amigos todo se arruinó y ella jamás volverá a darme una oportunidad. La gente la lastimó demasiado, era obvio que la última persona de la que se esperaba algo así, era de mí. Pero ya está, Jazmín, no hay nada por hacer. Gracias. —Espera... —se acercó—. Lo lamento tanto, Jin. No creí que en serio estabas enamorado... —Jamás lo hubieras creído. La gente como tú solo vive de los estereotipos. Pero acepto tus disculpas.
Continué mi camino de regresó a mi casa. Me quede inmóvil en cuanto la vi a lo lejos. Reía junto a Fiorella. Parecía divertirse. Quise acercarme pero me rehusé en cuanto la mirada de Sarah me encontró y su sonrisa se borró. Tomó del brazo a su amiga y se marcharon.